Según la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequía y el INTA, septiembre dejó un escenario excepcional para la producción agropecuaria: la superficie afectada por sequía cayó un 40 % en un mes y se concentra sólo en la Patagonia.
La superficie total afectada por sequía en Argentina se redujo de manera significativa durante septiembre, alcanzando el nivel más bajo registrado desde 2019. Así lo informó la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequía, que detalló que “la superficie total afectada por sequía se redujo casi un 40 % respecto del mes anterior, concentrándose exclusivamente en la región patagónica”.
La sequía en Argentina alcanza su menor nivel desde 2019
El informe mensual, elaborado por especialistas de las instituciones que integran la Red de organismos científico-técnicos para la gestión integral del riesgo (GIRCYT), indica que actualmente el área afectada suma 26,5 millones de hectáreas, unas 16 millones menos que en agosto.
Según el reporte, “a nivel nacional, la superficie afectada alcanza el valor mínimo registrado en los últimos seis años”, una situación que marca un punto de inflexión tras los prolongados períodos secos que dominaron buena parte del territorio durante los últimos años.
En la Patagonia, las categorías de sequía moderada y leve se limitan al interior de Río Negro, Neuquén y al este costero de Chubut. También se registra una franja de sequía moderada en el noroeste chubutense, sobre el área cordillerana.

Las lluvias fortalecen la campaña agrícola y consolidan un escenario casi óptimo
No se reportaron impactos productivos relevantes en esas zonas, salvo “leves afectaciones en el estado de la vegetación y del forraje” en el noreste de Córdoba y una “baja condición corporal del ganado, uso de suplementación y leve a moderada afectación del forraje” en sectores del este del NOA.
En contraste, el resto del país transita condiciones hídricas óptimas para la producción. El documento resalta que “la producción agropecuaria se desarrolla con condiciones hídricas cercanas al óptimo”, un escenario que coincide con el reporte de precipitaciones de septiembre del INTA, donde se detalló que “las precipitaciones se concentraron sobre el noreste y centro del país, con acumulados que en algunos sectores superaron los 100 mm”.
Además, en la mayor parte del territorio las lluvias fueron normales, mientras que “sobre el noreste del territorio y al sudeste de la región Pampeana se observaron anomalías positivas”.

Un cambio drástico respecto al año pasado
La comparación interanual muestra la magnitud del cambio. En septiembre de 2024, el país registraba 113 millones de hectáreas bajo condición de sequía —más de cuatro veces el área actual—, con 700.000 hectáreas agrícolas en riesgo, 12,5 millones de cabezas de ganado afectadas y 2.500 hogares rurales comprometidos.
Un año atrás, amplias zonas de la Región Centro, San Luis, Catamarca, Santiago del Estero, Chaco, Buenos Aires y sur de San Luis presentaban sequías leves a moderadas, e incluso focos severos en Catamarca.
Hoy, el mapa nacional muestra un escenario diametralmente opuesto: sin áreas agrícolas en riesgo ni pobladores afectados, y sólo “poco más de 76.000 cabezas bovinas en riesgo”, concentradas en la zona patagónica.

Cómo se elabora el informe de la Mesa de Sequía
La Mesa Nacional de Monitoreo de Sequía se reúne cada mes para actualizar el diagnóstico del territorio nacional. Su trabajo combina más de 25 índices agrometeorológicos, entre ellos las precipitaciones, temperaturas, pronósticos meteorológicos, contenido de agua en el suelo e índices espectrales de vegetación, además de reportes de campo sobre impactos productivos.
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El INTA, a través de su Red de Informantes y el Sistema de Estimación de Productividad Agropecuaria (SEPA), aporta información sobre anomalías de vegetación y datos de impacto directo. A partir de esa integración de información científica y territorial se elabora un mapa nacional con tres categorías de sequía: leve, moderada y severa.
Con lluvias que acompañaron el desarrollo de los cultivos de invierno y la siembra temprana de los de verano, el panorama actual ubica a la producción agropecuaria argentina en una posición inmejorable. Tras años de déficit hídrico, septiembre dejó el mejor escenario hídrico de los últimos seis años.
