Con 600 vacas en ordeñe y una producción anual de seis millones de litros, La Rosalía se consolidó como un modelo de eficiencia y gestión en el corazón de Entre Ríos. Certificada para exportar a la Unión Europea, esta empresa familiar combina agricultura, ganadería y valor agregado para llegar con sus lácteos a más de 15 países.
La Rosalía es un proyecto familiar que se desarrolla en 455 hectáreas en El Espinillo, departamento Paraná. Con 600 vacas en ordeñe, alcanza una producción que promedia anualmente entre 28,5 y 29 litros por animal. En total, llegan a los 6 millones de litros por año. Para la zona, es considerado de alta productividad, ya que promedian los 14 mil litros por hectárea. Es un establecimiento que integra, además, agricultura y ganadería. En total, trabajan unas mil hectáreas en esta zona del centro de la provincia de Entre Ríos.
La visión detrás del tambo familiar que crece sin perder identidad
Laurentino López Candioti es ingeniero agrónomo y dirige el proyecto productivo, al que define como una empresa familiar. “Digo empresa y no solo tambo, porque las producciones lácteas están hoy integradas a otras actividades complementarias que comprenden desde los cultivos para proveer granos hasta la ganadería”, cuenta a AIRE Agro el gerente de La Rosalía.
El profesional señala que, desde el inicio, trabajan para diferenciarse del productor primario que vende leche “a modo de supervivencia”. Cuentan con certificaciones internacionales para sus productos. “Nos volvimos específicos porque no contábamos con la financiación ni los recursos suficientes para producir a gran escala; por lo tanto, es una estrategia para generar un diferencial”, detalló.
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La Rosalía es, así, un tambo habilitado para exportar directa o indirectamente a la Unión Europea. Se trata de una certificación obtenida en 2013 y que se revalida cada año. Lo producido tiene como destino externo a Brasil, Chile, Paraguay, Bolivia y Perú, para el dulce de leche y el queso azul; y a México, Estados Unidos, Canadá, España, Italia, Reino Unido, Alemania, Suiza, Israel, Kuwait, Bahréin, Filipinas, Japón y Nueva Zelanda, que compran dulce de leche. Rusia también adquiere queso azul.
Eficiencia productiva: el modelo CREA que impulsa el crecimiento
En cuanto al planteo productivo, La Rosalía forma parte de los grupos CREA. Al momento de analizar las cifras productivas, especialmente los índices, el gerente de la firma destaca que se han alcanzado y superado ampliamente los objetivos iniciales, y que trabajan sin un techo. “Vamos creciendo, rompiendo barreras. La lechería en sí, por manejo de insumos, tecnologías aplicadas y gerenciamiento, es una actividad en la que uno nunca está totalmente satisfecho con los parámetros propuestos. Es esencia del espíritu del tambero: la resiliencia”, dijo López Candioti.

El establecimiento productivo está ubicado en el centro de la geografía entrerriana, en el departamento Paraná. López Candioti señala que, para que cualquier emprendimiento funcione, es necesario que el país ande bien. “Es simple: el campo necesita financiamiento a una tasa de interés lógica y sin inflación. Una vez que generamos producción de leche, si hay excedentes, se tiene que poder exportar. Para eso debemos tener un país abierto al mundo, para no sufrir las complicaciones de excedentes en las primaveras”, explicó el ingeniero agrónomo.
Asimismo, agregó que necesitan orden en toda la cadena productiva. “Es una cuestión que va mucho más allá del negocio tambero en sí, porque esta actividad es la que mayor inversión requiere si se la compara con las otras dos grandes: la agricultura y la ganadería”, opinó López Candioti.
Adaptación y gestión: las fortalezas que garantizan la supervivencia
Para el gerente de La Rosalía, todo productor debe tener una fuerte capacidad de adaptación para crecer en la actividad o sobrevivir dentro del sistema productivo en nuestro país. “Si llegamos hasta acá, es porque supimos tomar las decisiones de cambio a tiempo. Con capacidad de gestión, porque no tuvimos acceso a financiamiento para grandes inversiones; razón por la cual afinamos el emprendimiento —el negocio en sí— con tecnologías de procesos y manejo de información para regular los gastos. Eso nos generó poder de supervivencia, especialmente para los ciclos malos: de precios, de clima y de economía general del país, que es lo que más nos impacta”, relató desde un rincón del campo, donde crece el trigo, ya ingresando en la etapa de espigazón.

Laurentino López Candioti habla de los desafíos por venir en el emprendimiento productivo y dice que sueña, como la mayoría de los tamberos, con poder llegar a ser “industriales”. “Una vez que alcanzamos la calidad de leche esperada, poder ser nosotros mismos los que la aprovechemos, dándole valor agregado en origen, tratando de captar el margen que da la industria, generar marca y posicionarnos en el mercado”, detalló.
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Indicó también que lograr el cambio productivo “es aprender a generar algo ya elaborado, con una necesaria adaptación y la capacidad de captar todo el diferencial primario obtenido y trasladarlo a un producto final que llegue al consumidor”.
El sueño de industrializar la producción y generar valor en origen
Acerca de cómo es el planteo para producir con un eslabón más en la cadena láctea, López Candioti dice que “todo está necesariamente atado a la rentabilidad”. “Somos proveedores de leche; está encadenado. Partimos de una certificación y, desde ahí, trabajamos en obtener un diferencial de precios; si no, no es un proyecto viable. La oferta y la demanda son las que guían. La suma de generar un producto elaborado es un eslabón más de toda la cadena, que es vertical, junto con la agricultura y la ganadería”, concluyó el ingeniero, responsable de dirigir La Rosalía.
Actualmente, producen quesos como Parmesano —de pasta dura y origen italiano—, cuyos ingredientes son leche cruda de vaca, cuajo y sal. Su proceso de elaboración incluye una maduración mínima de seis meses, pudiendo alcanzar hasta 36 o más, en condiciones estrictas de temperatura y humedad. También elaboran Reggianito, de maduración más prolongada, así como Holanda tipo Gouda, Sardo, Tybo, Cremoso y Azul.
