Un tambo robotizado en Córdoba combina innovación, formación y prácticas para estudiantes de secundaria, terciarios y profesionales del sector.
En la localidad de Ramón J. Cárcano, provincia de Córdoba, la Escuela Superior Integral de Lechería puso en marcha un tambo robotizado donde estudiantes de secundaria y de carreras terciarias realizan su formación teórica y práctica con la última tecnología disponible.
El sistema, instalado en el establecimiento Cárcano, cuenta con 54 vacas en ordeñe y una producción promedio de 24 litros por animal por día, con la meta de estabilizar ese volumen en 30 litros.
“Las vacas viven en un sistema de cama fría y se acercan voluntariamente al robot, que realiza de manera automática todo el proceso de ordeñe”, explicó Ariel Dal Molin, médico veterinario, docente y responsable del tambo.
LEER MÁS ► La lechería se achica en Francia, pero en Argentina se expande
En este ámbito se forman estudiantes de nivel medio y de tecnicaturas superiores en Industrias Lácteas, en Industria de Alimentos (con la Universidad Nacional de Villa María) y en Gestión de la Producción Agropecuaria. Además, se dictan cursos teórico-prácticos en los que participan técnicos del INTA y docentes de la escuela, para profesionales y personal de los campos. También reciben visitas de escuelas agrotécnicas de distintas zonas productivas del país.
Formación práctica desde temprano
Los estudiantes participan de todo el ciclo productivo, desde la alimentación hasta la obtención de leche, y luego también de la elaboración de alimentos. Dal Molin destacó que, en el nivel secundario, las orientaciones más vinculadas son Agro y Ambiente y Ciencias Naturales. Allí los alumnos participan en trabajos prácticos que van desde la limpieza de la guachera hasta tareas más complejas.
“Por ejemplo, en cuarto año la base es el componente animal: hacen castración, descorne, vacunación y manejo de terneros”, detalló.
En el nivel terciario, correspondiente a la tecnicatura en Gestión de la Producción Agropecuaria, las prácticas se extienden al manejo agronómico y a la organización del sistema productivo animal. Las pasantías incluyen estadías de cinco días en la casa-aula del campo para cumplir con todas las tareas de un establecimiento lechero.
La leche obtenida se destina a la planta piloto de la escuela, donde se elaboran quesos blandos y duros, yogures, helados, leche en polvo y dulce de leche. “Esa planta piloto es parte del espacio de formación de las tecnicaturas en alimentos y en lechería, y permite a los alumnos elaborar productos como parte de su preparación profesional”, agregó el docente.
Proyecto demostrativo y de investigación
El tambo robotizado se enmarca en un convenio de cooperación con el INTA vigente desde la década de 1980. En sus inicios, ese acuerdo permitió instalar uno de los primeros tambos de prácticas para la enseñanza del ordeñe mecánico, y en 2019 se renovó para avanzar con la incorporación del robot.
“Es un proyecto demostrativo, pero también ligado a la investigación, la extensión y el desarrollo. Vemos la teoría en el aula y luego vamos al campo para llevarla a la práctica”, explicó Mónica Moretto, jefa de la Agencia de Extensión Rural de INTA Villa María.
Educación formal y capacitación técnica
La propuesta combina educación formal con capacitación técnica para el sector. “Distinguimos la educación formal, vinculada al nivel superior y al bachillerato secundario, de la capacitación no formal, que desarrollamos junto al INTA para profesionales, productores y operarios”, indicó Dal Molin.
En ese marco, se organizan jornadas sobre manejo de guachera, crianza artificial de terneros, inseminación artificial, uso de mixer, registros de información y podología bovina, entre otros temas. “Estamos convencidos de que las personas que trabajan en el sistema necesitan formarse para hacer más eficiente su labor y mejorar la productividad”, subrayó.
LEER MÁS ► Oasis, una hija de Captain, se consagró campeona del 104° Concurso de Vacas Lecheras
Moretto coincidió en destacar el valor agregado que ofrece esta modalidad: “El hecho de que los egresados de las tecnicaturas tengan prácticas en una planta piloto o en un tambo real les da un plus que no existe en otras carreras”. Y enfatizó que la capacitación es fundamental para achicar brechas entre el potencial productivo y los resultados que finalmente se logran en los tambos.