El país del norte combina genética, nutrición de precisión y tecnologías de manejo para sostener la oferta, acceder a destinos que pagan el doble que la Argentina y mejorar márgenes en cada eslabón de la cadena.
Durante una reciente gira de productores ganaderos de la red CREA a Estados Unidos, la comitiva observó con sorpresa cómo en ese país se proyecta producir novillos de 1.000 kilos mientras se reduce el stock de hacienda.
La estrategia se apoya en altos estándares de calidad, eficiencia en cada eslabón y el acceso a mercados premium como Corea y Japón, que pagan precios elevados por la carne estadounidense.
“Hoy están disminuyendo el stock de hacienda y se enfocan en aumentar el stock de carne, un dato relevante para comprender la lógica de la producción en Estados Unidos. Para mantener la producción de carne nacional, aumentan el peso de faena, que pasó de un promedio de 600 a 700 kilos, con el objetivo de llegar a casi 1.000 kilos”, señaló Bernardo Laulhe, presidente de la Comisión Ganadera Nacional de CREA.
LEÉ MÁS►Bajo la nieve, los Angus resisten: así es el invierno en una cabaña patagónica
Además, agregó que tanto el ternero que se vende por kilo vivo como el novillo que se comercializa a la industria en Estados Unidos hoy tienen valores que duplican a los de Argentina, lo que permite sostener márgenes y reinvertir en genética e infraestructura.

Los criadores ganan 700 dólares por ternero
Pablo Loza, productor de origen argentino con actividades en Miramar (Argentina) y Wyoming (Estados Unidos), ex asesor CREA y ex investigador en la Universidad de Nebraska, explicó que la cría se convirtió en el eslabón con mayor participación en los márgenes por cabeza gracias a la alta demanda y la menor disponibilidad de terneros.
Actualmente, cada ternero le aporta al criador un margen cercano a 700 dólares por cabeza, mientras que la recría se ubica entre 120 y 130 dólares. El feedlot mantiene márgenes positivos pero más acotados y compra animales recriados y pesados que superan los 700 kilos en faena. “Eso se logra con muy buena nutrición y con ingredientes bajos en almidón y altos en energía, como los subproductos de la industria del maíz, particularmente burlanda y gluten feed”, indicó.
Una diferencia clave con el sistema argentino es el uso de implantes y beta-agonistas, autorizados en Estados Unidos y prohibidos localmente. “Los implantes, en cada etapa, generan un aumento de peso de entre 15 y 25%. Ese 15% adicional en el destete y en la recría genera una ganancia que hace que la res americana sea el doble que la argentina”, explicó Loza.

LEÉ MÁS►Consumo Residual de Alimento (RFI): la técnica que impulsa a Limangus como raza eficiente
Además, los beta-agonistas utilizados en los últimos 30 días de engorde suman medio kilo de carcasa por día. “Entre un novillo criado como en Argentina, sin nada, y un novillo americano en 150 días, hay un 25% más de aumento de peso. Cada cuatro novillos, ellos tienen uno más. En carne, la diferencia es enorme”, detalló, señalando que el mercado estadounidense apunta a novillos de 1.000 kilos en los próximos 10 años.
Semen sexado de razas carniceras en las lecheras
Otro aspecto disruptivo observado fue el uso de semen sexado con razas carniceras en vacas lecheras. “A las vacas superiores se les aplica semen sexado de tambo para asegurar hembras de reposición, y las vacas inferiores se destinan a cruzamientos con razas carniceras”, explicó Loza. Este sistema, con una década de desarrollo, permitió identificar toros que producen novillos con mejor calidad de carne.
El sistema de clasificación de carne estadounidense se basa en dos parámetros: calidad, que evalúa el engrasamiento intramuscular (marmoleo) en el área de ojo de bife en novillos y vaquillonas jóvenes según el Departamento de Agricultura (USDA), y rendimiento de cortes, que mide cuánto rinde la media res en cortes comerciales. La grasa intramuscular se premia, mientras que el exceso de grasa externa genera descuentos, lo que orienta toda la cadena a maximizar el marmoleo sin acumular grasa externa.

Ventajas comerciales
El itinerario de la gira incluyó Colorado, Nebraska, Kansas y Dakota del Sur. “Recorrimos la región más despoblada de Estados Unidos, desde campos de cría hasta zonas de agricultura sin riego, en el centro geográfico del país”, relató Loza, y destacó que el recorrido permitió abordar toda la cadena, desde la ciencia aplicada hasta el consumo final.
LEÉ MÁS►Genética Braford de elite en el nuevo remate de Cabaña El Amargo
“El sistema estadounidense apunta a la máxima rentabilidad posible en cada eslabón, favorecido por el acceso a mercados de alto valor como Japón y Corea, que pagan literalmente el doble de lo que cobramos en Argentina”, explicó. Advirtió que, pese a tener en muchos casos carne de excelente calidad, Argentina enfrenta limitaciones de acceso a esos destinos. “Los japoneses no nos consideran confiables como país”, lamentó.
Laulhe destacó que Argentina es productora de carne de calidad, aunque valoró la consistencia que logró Estados Unidos como proveedor global en ese segmento. “Es verdad que en Argentina se está liberando el peso de faena, pero creo que tenemos la oportunidad de apuntar a animales de más kilos, como sucede allá. Es un modelo que vale la pena mirar si queremos levantar los pesos de faena y mejorar nuestra competitividad”, concluyó.