Sin embargo, detrás del dato positivo se esconde una clave estructural: el crecimiento estuvo impulsado más por la recaudación impositiva que por un verdadero repunte en la producción.
Impuestos, el principal motor del crecimiento
De acuerdo con el informe oficial, el componente de “Impuestos netos de subsidios” creció 10,8% y fue responsable de 1,83 puntos porcentuales del aumento del PBI. Es decir, un tercio del crecimiento económico se explicó por la presión tributaria, y no por el dinamismo del aparato productivo.
En cambio, el sector de Administración pública y defensa cayó 1,2%, aportando la mayor incidencia negativa al resultado global, con una tracción de -0,66 puntos.
Sectores que crecieron y sectores que retroceden
Entre los rubros con mayor crecimiento interanual se destacaron:
- Formación bruta de capital fijo (inversión): +31,8%
- Intermediación financiera: +27,2%
- Pesca: +11,6%
- Hoteles y restaurantes: +9%
Por el contrario, se registraron caídas en sectores como Hogares privados con servicio doméstico, que retrocedió un 2,2% respecto al mismo período de 2024.
En términos desestacionalizados, el PBI también mostró un repunte del 0,8% respecto al último trimestre del año pasado, consolidando una curva ascendente, aunque aún con señales mixtas en cuanto a su calidad.
Crecimiento con señales de advertencia
Aunque el dato global del PBI es positivo, los analistas advierten que el crecimiento apoyado en impuestos y no en producción o consumo genuino podría limitar la sostenibilidad de la recuperación en los próximos trimestres. Para consolidar la mejora económica, el desafío será traducir esta expansión en empleo, inversión real y mayor actividad productiva.