El INTA Reconquista brindará una charla técnica para difundir criterios de manejo que permitan adelantar la cosecha y disminuir el impacto de las aves en el tramo final del cultivo. La actividad abordará momentos de aplicación, decisiones agronómicas y su efecto sobre el rendimiento y la calidad del grano.
El desecado estratégico del girasol se consolida como una de las principales herramientas para reducir las pérdidas ocasionadas por aves en el norte santafesino, una problemática que acompaña al cultivo desde hace décadas.
Charla técnica del INTA Reconquista: objetivos y contenidos
Con ese eje, el INTA Reconquista realizará una charla web destinada a productores y técnicos de las zonas más afectadas, en la que se abordarán criterios de manejo para acortar la ventana de disponibilidad de granos y minimizar los daños en el tramo final del ciclo.
La actividad se desarrollará el jueves 18 de diciembre, a las 9hs, con transmisión en vivo por el canal de YouTube del INTA Reconquista. El conversatorio estará a cargo del ingeniero agrónomo y magíster Sebastián Zuil y tendrá como objetivo brindar herramientas para la toma de decisiones de manejo a fin de ciclo, evaluando momentos de aplicación del desecado, objetivos productivos y su impacto en la cosecha.
A partir del estudio de la problemática en la región, los técnicos de la dependencia señalan que el daño provocado por palomas y cotorras no es uniforme: varía entre campañas, entre lotes e incluso dentro de una misma parcela, lo que dificulta su cuantificación precisa.

Sin embargo, esa variabilidad refuerza la necesidad de anticiparse con estrategias integrales. La planificación del cultivo, la elección de híbridos y el ajuste de densidad forman parte de un enfoque que busca reducir la vulnerabilidad del girasol desde el inicio de la campaña.
Qué es el desecado estratégico y por qué reduce las pérdidas
En ese esquema, el secado anticipado cobra relevancia cuando el cultivo alcanza estados reproductivos avanzados. El objetivo es reducir el tiempo en que los capítulos maduros permanecen en el lote, período en el que las aves concentran su daño.
Ensayos y experiencias zonales muestran que, aplicado en el momento adecuado, el desecado puede adelantar la cosecha entre 17 y 24 días, según la fecha de siembra, disminuyendo así la exposición del cultivo.
Los técnicos del INTA explican que, en siembras tempranas, el momento óptimo de aplicación se ubica alrededor de los 38 días después de la floración, con un contenido de humedad del grano cercano al 34 %, mientras que en siembras tardías el umbral se adelanta, con mayores porcentajes de humedad.

En ambos casos, el principio es el mismo: retirar el cultivo del campo lo antes posible para reducir pérdidas, sin afectar la calidad industrial ni el contenido de aceite, cuya síntesis se completa antes del final del llenado del grano.
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La charla también abordará el uso responsable de las herramientas químicas disponibles para homogeneizar el lote y acelerar la madurez, con la recomendación de consultar siempre los registros oficiales del Senasa y respetar los períodos de carencia.
Desde el organismo remarcan que el daño por aves debe entenderse como parte del sistema productivo y no como un problema aislado del final del ciclo. En ese sentido, la propuesta del INTA Reconquista apunta a integrar el desecado estratégico dentro de un manejo más amplio del girasol, combinando decisiones agronómicas desde la planificación hasta la cosecha, para minimizar el impacto de una amenaza recurrente en la región.
