El Decreto 877/2025 fijó reducciones permanentes en los derechos de exportación para los principales complejos agrícolas. La medida genera expectativas de una mejora en los precios internos y de mayor dinamismo en la operatoria del mercado de granos.
El Gobierno nacional formalizó este viernes 12 de diciembre la reducción permanente de los Derechos de Exportación (conocidos como retenciones)para diversos complejos agroindustriales, medida anunciada el martes pasado por el ministro de Economía, Luis Caputo.
La decisión quedó plasmada en el Decreto 877/2025, publicado en el Boletín Oficial y firmado por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Manuel Adorni y el propio titular del Palacio de Hacienda.
Nuevas alícuotas para los principales cultivos
La norma establece rebajas en las alícuotas: el poroto de soja pasará a tributar 24% (desde 26%), los subproductos quedarán en 22,5% (antes 24,5%), trigo y cebada bajarán del 9,5% al 7,5%, maíz y sorgo descenderán del 9,5% al 8,5%, y el girasol reducirá sus derechos desde 5,5% a 4,5%.
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Tras el anuncio preliminar de Caputo, especialistas del sector habían estimado que, a valores de exportación vigentes, la mejora potencial en los precios locales podría ubicarse en torno a los US$ 4 por tonelada para trigo y girasol, unos US$ 2 para maíz y sorgo, y cerca de US$ 8 en el caso de la soja.

Ese mismo día, el mercado reflejó parcialmente esas expectativas: los contratos futuros de trigo en el mercado A3 registraron subas de hasta US$ 4, con incrementos de alrededor de US$ 2 para soja y US$ 3 para maíz.
Sin embargo, los valores de la mercadería disponible permanecieron sin cambios. En las ruedas posteriores tampoco se observaron variaciones, ya que los operadores aguardaban la confirmación oficial de la medida.
Qué motivó la decisión del Gobierno según el decreto
En los considerandos del decreto, el Poder Ejecutivo sostiene que la iniciativa apunta a “crear condiciones favorables para la producción, el comercio exterior y la apertura de nuevos mercados”, con el objetivo de fortalecer la estabilidad macroeconómica y generar mayores oportunidades para productores, elaboradores y exportadores.
También remarca la intención de “fortalecer el impulso exportador del sector agroindustrial” a través de la simplificación y reducción de trámites, la facilitación del comercio y la baja de “impuestos distorsivos”.
El Gobierno define a los derechos de exportación como un tributo que debería eliminarse gradualmente en función del cumplimiento de metas fiscales, y enmarca la reducción permanente de las alícuotas en una estrategia de competitividad orientada a “alinear las políticas con los principios de la libertad y una mayor apertura del comercio”.
Con la publicación del decreto, el mercado comienza ahora a evaluar el impacto concreto que las nuevas tasas tendrán sobre los precios internos y el flujo comercial de las próximas semanas.
