Sectores como maní, arvejas y arándanos aceleran su presencia en el mercado chino con proyecciones de fuerte expansión. Nuevos acuerdos y mejoras arancelarias podrían multiplicar las oportunidades comerciales y consolidar su peso en la balanza agroindustrial.
Con la soja y la carne aún como los grandes motores de facturación, el China Agribusiness Day dejó en primer plano la creciente participación de las economías regionales en el mercado chino, consolidando un entramado exportador cada vez más diversificado.
El encuentro, realizado estes jueves 4 de diciembre en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, reunió a autoridades, cámaras empresarias y compañías del sector con el objetivo de profundizar la relación bilateral y acelerar nuevas oportunidades comerciales y tecnológicas.
Un mercado clave para el agro argentino
Los especialistas destacaron que China continúa siendo un destino determinante para la oferta nacional. “El mercado chino es trascendental”, afirmó Gustavo Idígoras, quien advirtió sobre la creciente exigencia de estándares de trazabilidad: “Hay que garantizar la trazabilidad completa desde el lote hasta el puerto, y compartirla”.
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Actualmente, alrededor del 80% de las exportaciones argentinas hacia China corresponden a productos agroindustriales. Entre 2020 y 2023, la soja y la carne bovina concentraron el 65% del valor total exportado. Más de un 12% de todas las ventas agroindustriales nacionales dependen directamente del mercado chino, una proporción que escala al 80%-90% en rubros como soja, carne y sorgo.

Sectores fuertes y sectores con potencial
Las economías regionales ampliaron su protagonismo en la agenda del encuentro, exhibiendo números que muestran un campo fértil para la expansión. El maní, que exportó USD 1.200 millones en 2024, podría alcanzar los USD 1.500 millones si prosperan acuerdos o reducciones arancelarias. El sector de las arvejas también mostró un potencial significativo: “Hoy estamos en 30 o 40 millones de dólares, pero podemos pasar a 200 millones”, aseguró Sergio Raffaelli.
En tanto, el arándano (blueberry) fue señalado como un rubro con proyección de hasta USD 1.000 millones anuales si se alivianan cargas arancelarias.
Los panelistas coincidieron en que la competitividad está presente, pero su crecimiento requiere previsibilidad regulatoria, avances técnicos y una estrategia de inserción externa sostenida.

Tecnología y cooperación bilateral
El panel de biotecnología resaltó la innovación como un eje central de la relación con China. El Subsecretario de Producción Agropecuaria y Forestal de la Nación, Manuel Chiappe, subrayó que el trabajo conjunto “no solo implica investigación y desarrollo, sino brindar herramientas concretas para mejorar la productividad”. Además, destacó la ventaja estratégica de producir semillas a contraestación, lo que permite acelerar los ciclos productivos al disponer de materiales una temporada antes.
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Carla Martin Bonito, presidenta de COPAL, afirmó que “Argentina puede y debe crecer en China”, reforzando el rol del país asiático como destino estratégico para los alimentos nacionales. En la misma línea, Javier Lozada, de la Cámara Argentino China, sostuvo que “más exportación significa más producción, más actividad, más movimiento, más trabajo”.
El encuentro dejó una conclusión compartida: Argentina cuenta con los recursos, la calidad y la capacidad industrial para ampliar su presencia en el gigantesco mercado chino. El desafío inmediato es avanzar en los acuerdos y protocolos que permitan transformar ese potencial en resultados concretos.
