Agromandriles: Un toque de atención para educar en la filosofía libertaria a los argentinos con problemas de comprensión.
Con gran desazón tengo que admitir que algunos agromandriles han
comentado esta semana que regresaron las “retenciones cambiarias”
como producto de las necesarias intervenciones instrumentadas por
el gobierno de Javier Milei para contener las presiones
inflacionarias.
Es fundamental que la población argentina sepa diferenciar que
existen intervenciones virtuosas y otras que no lo son para evitar
emitir opiniones sin fundamento que luego son replicadas para
promover la confusión entre el público no especializado.
Primero, antes que nada, si la intervención cambiaria es
instrumentada por profesionales que trabajaron en el exterior
–preferentemente en el sector financiero– para regresar al país y
realizar un servicio patriótico, entonces se trata de una intervención
virtuosa del tipo de cambio.
Si, en cambio, la intervención es llevada a cabo por un improvisado
que siempre vivió de empleos en el sector público argentino,
seguramente estamos en presencia de una intervención perniciosa
para la economía.
Cuando la intervención requiere la asistencia de organismos
multilaterales o del propio Tesoro de EE.UU., tenemos que entender
que el procedimiento es virtuoso porque implica un voto de
confianza de la principal nación del orbe en la economía argentina.
En tanto, si la intervención se realiza a partir de swaps de monedas
con bancos centrales de indeseables países comunistas, claramente
se trata de una acción que avasalla la soberanía argentina de manera
descarada.
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Si la intervención se realiza a partir de un pedido de adelantamiento
masivo del ingreso de agrodivisas a cambio de una suspensión
temporaria de derechos de exportación, entonces podemos decir que
se trata de una intervención cambiaria exitosa en beneficio de la
competitividad del principal sector generador de divisas de la
Argentina.
No podemos considerar lo mismo cuando ese mismo pedido se
sustenta en una alteración irresponsable del tipo de cambio sectorial
por tiempo limitado, como fue el caso de los sucesivos “dólar soja”
y “dólar agro” que tanto daño ocasionaron a la dinámica económica
del país.
Por último, lo más importante: las intervenciones virtuosas, como el
propio nombre lo indica, están diseñadas para lograr un elevado
índice de efectividad en condiciones normales, que puede no ser tal
si el “riesgo kuka” crece por demás. No es el caso de las
intervenciones nacidas con fallas sistémicas de origen, las cuales,
inevitablemente, están destinadas a fracasar.
Es esencial que todos los adeptos a la ideas de la libertad puedan
entender tales diferencias para poder identificar las intervenciones
éticas y correctas respecto de aquellas fundamentadas en
concepciones colectivistas y deshonestas.
Les pido que me ayuden a difundir lo expuesto para que los
agromandriles no sigan expandiendo mentiras al respecto. Las
intervenciones gestionadas por gente de bien no tienen nada que ver
con aquellas emprendidas por personajes rústicos. Si logramos que
se entienda algo tan básico, seguramente podremos seguir adelante
con la transformación del país ¡Viva la libertad, carajo!
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