Dos ingenieros agrónomos de Córdoba crearon un emprendimiento hidropónico que produce hasta 5.000 plantas al mes con un 80 % menos de agua. Con tecnología NFT y enfoque sustentable, cultivan hojas verdes sin agroquímicos en un invernadero reacondicionado.
En Hernando, localidad del centro de Córdoba, dos ingenieros agrónomos decidieron abrir una nueva etapa profesional, luego de años dedicados al asesoramiento técnico en agricultura extensiva. Nicolás Zampieri y Javier Pedri desarrollaron un emprendimiento de producción hidropónica que les permitió explorar una alternativa intensiva y desarrollar otro perfil del agro. Actualmente combinan ambas actividades.
De la agricultura extensiva a la hidroponía: el cambio de rumbo de dos agrónomos cordobeses
“A los dos nos interesaban los emprendimientos intensivos. Javier viene de esa rama y su papá es profesor de Horticultura en la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica de Córdoba”, explicó Zampieri, y comentó que él, con su padre, también produjeron hongos comestibles (gírgolas) años atrás.
Hace dos años, ambos agrónomos se asociaron y compraron un invernadero abandonado que reacondicionaron desde cero. El predio contaba con dos instalaciones. Refaccionaron una de ellas, con una superficie total de 800 metros cuadrados, para instalar un sistema de hidroponia con cultivos de hoja verde, como lechuga, rúcula, albahaca, espinaca y berro.
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Actualmente producen sobre 500 metros cuadrados, con un volumen mensual cercano a las 5.000 plantas empaquetadas. “Podemos llegar a las 6.500 con la misma infraestructura, pero para eso estamos aprendiendo y mejorando”, señaló el productor.
Qué es la hidroponía y cómo funciona el sistema NFT
La hidroponía consiste en el cultivo de plantas sin suelo, a partir del uso de soluciones nutritivas disueltas en agua de alta calidad. Uno de los espacios clave en la instalación del proyecto se llama “sala de maternidad”, donde se desarrollan las plantas chicas, hasta que, cuando crecen, pasan al invernadero, donde se completa la producción y se cosechan.
“Cuando llegamos agrandamos el invernadero y desarrollamos la fosa, donde se ubican los tanques con las soluciones nutritivas y la ósmosis inversa, que destila el agua”, explicó Zampieri. “Hacemos el ciclo completo, incluyendo la semilla, los plantines y la producción. Todo ese sistema lo hicimos de cero”, agregó.
La tecnología empleada es el sistema NFT (Nutrient Film Technique), que hace circular agua con nutrientes por perfiles de PVC, en un circuito cerrado. El mismo líquido retorna al tanque, lo cual reduce drásticamente el consumo de agua. “Con la hidroponía logramos un ahorro de más del 80% de agua respecto a una quinta convencional, donde gran parte del recurso se pierde por evaporación. Acá el agua está circulando permanentemente, y el único escape es lo que consume la planta”, detalló.

A pesar de su experiencia en cultivos extensivos, Zampieri y Pedri comenzaron este proyecto sabiendo que requería una lógica distinta. Desde el inicio se asesoraron con especialistas para evitar errores técnicos. “No es para largarse a hacer una aventura, porque es un laboratorio. Si la solución nutritiva no está bien balanceada, no va a andar”, advirtió.
Entre los principales desafíos técnicos mencionó la selección de variedades adaptadas a cada estación, el manejo del calendario de siembra y la elección de productos adecuados para la protección del cultivo. En línea con la orientación premium de sus productos, evitaron los insumos de síntesis química. “Apuntamos a no usar agroquímicos porque estamos vendiendo un producto más sano”, afirmó.
Microgreens: el nuevo desarrollo que suma valor gourmet
Si bien el mercado de la hidroponía aún representa un porcentaje pequeño frente a la horticultura tradicional, consideran que tiene mucho potencial. “La gente que prueba la hidropónica, la elige. Es un producto más limpio, más fresco y que dura más en la heladera”, destacó el emprendedor.
Uno de los desafíos del proyecto es la distancia a los grandes centros de consumo. “Nosotros no estamos cerca de una gran ciudad”, admitió. Sin embargo, lograron construir una red de distribución que abarca Río Tercero, Villa María, Oliva, General Deheza y el valle de Calamuchita, además del mercado local. “El 90% de nuestra producción se vende a verdulerías y mercados concentradores, y el resto a restaurantes”, precisó.

En paralelo, comenzaron a incursionar en el desarrollo de microgreens, pequeñas plántulas comestibles que concentran más nutrientes que las plantas adultas. “Es algo fresco que tiene más textura y sabor. Se usa mucho en gastronomía gourmet, por ejemplo, para decorar platos o condimentar ensaladas”, explicó.
El invernadero todavía tiene sectores sin utilizar, lo cual les abre posibilidades para seguir diversificando. “Dentro de la hidroponia se puede hacer mucho más. Estamos viendo si producir más hojas verdes u otro tipo de cultivos, incluso frutos como tomate, pimiento o uvas. También se puede hacer forraje hidropónico”, enumeró.
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La red nacional que impulsa la hidroponía en Argentina
La Asociación Hidropónica Argentina, que desde febrero de 2023 actúa como entidad civil, reúne a productores de todo el país y organiza eventos como el Primer Congreso de Hidroponía de Argentina, realizado en mayo 2024; y su segunda edición en mayo 2025, que convocó a más de 500 personas y referentes de Chile, Brasil y Uruguay.
Un aspecto clave en el desarrollo del sector es el Censo de Productores 2024, un relevamiento nacional que evalúa el estado, cantidad y distribución de emprendimientos hidropónicos en todo el territorio argentino. En pocos días se publicará el informe final del año pasado. Según datos preliminares de este trabajo, ya se logró identificar que Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Mendoza concentraron el 73 % de los proyectos registrados.