Laura Llopi, presidenta del Consejo Asesor Regional Santa Fe de Coninagro y vecina de María Teresa, describe el impacto de la lluvia que dejó al pueblo bajo el agua. “Es una situación angustiante y muy triste… hay gente que perdió todo”, resume.
María Teresa, localidad del sur santafesino en el departamento General López, enfrenta un escenario crítico tras un fin de semana de lluvias históricas. Entre la tarde del sábado 30 y la noche del domingo 31 de agosto, se registraron aproximadamente 290 milímetros de lluvia en 24 horas, un volumen que superó la capacidad de desagüe urbano y rural y provocó anegamientos generalizados.
Laura Llopi, presidente del Consejo Asesor Regional (CAR) Santa Fe de Coninagro y residente de la localidad, relató a AIRE Agro la magnitud del temporal y sus efectos: “La situación en el distrito es muy, pero muy grave. Han caído casi 300 milímetros en un corto lapso de tiempo y con mucha fuerza, que no hay obra hídrica que resista este embate”.
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Evacuaciones, pérdidas y problemas con el agua potable
En el casco urbano, la recuperación es desigual. La parte nueva del pueblo comienza a secarse, aunque la mayoría de las calles permanecen anegadas, mientras que la zona más antigua continúa con agua en algunas viviendas. Los vecinos sufrieron pérdidas de muebles, electrodomésticos y vehículos.
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“Algunas casas tienen 50 centímetros de agua, gente que perdió todo… Hay autos que los han tenido que sacar empujando con caballos y el agua superó la altura de los asientos, así que todos mojados”, relató Llopi.
Varias familias fueron evacuadas a casas particulares, a la residencia de adultos mayores y al hospital local. La infraestructura hídrica y los desagües existentes ayudaron a mitigar parcialmente la inundación, aunque la magnitud del temporal los superó. Además, la inundación afectó las bombas que impulsan el agua potable, complicando el consumo de agua de red.
“Acá sí se hicieron obras, hay un buen desagüe, porque lugares que antes se inundaban ahora por suerte no se inundaron. Pero, vuelvo a repetir, tanta cantidad de milímetros en tan corto periodo de tiempo no hay obra hídrica que resista”, explicó Llopi.
El campo bajo el agua: trigo y caminos intransitables
A pocas horas del fenómeno meteorológico, los caminos rurales permanecen intransitables y muchos establecimientos se encuentran anegados.
“Los campos que tienen un poco de declive están completamente con agua. Teníamos sembrado trigo y hay lotes en los que realmente no se ve lo que está sembrado porque es un mar de agua. Veremos si los días siguen lindos y el agua va escurriendo”, señaló Llopi.
El escurrimiento desde la zona rural se realiza de manera gradual, priorizando que primero corra el agua acumulada en el casco urbano antes de abrir los canales que drenen los campos, un proceso que depende de la evolución del clima.
Desde la comuna, junto con Bomberos Voluntarios, Protección Civil y organismos provinciales, se organizaron tareas de asistencia, evacuación y relevamiento. La prioridad fue garantizar la seguridad de los vecinos y evaluar el estado de calles, viviendas y caminos rurales para planificar las intervenciones posteriores.
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Entre la tristeza y la esperanza de la comunidad
El temporal afectó principalmente a María Teresa y al distrito vecino de Christophersen, aunque localidades como La Chispa también sufrieron anegamientos. La recuperación será gradual y dependerá de la capacidad de drenaje de la infraestructura y de condiciones climáticas favorables.
Llopi resumió la complejidad de la situación desde su lugar de vecina: “Realmente es una situación angustiante, muy pero muy triste… hoy por suerte salió el sol, entonces se ve un hilo de esperanza, pero hay gente que perdió todo. Y si bien dice ‘lo económico se recupera’, hoy por hoy sabemos que no es tan fácil recuperar cuando todo se pierde”.