El Decreto 571/2025 eliminó la Dirección Nacional y concentró la gestión en un presidente designado por el Ejecutivo. Ahora se deberá crear otro canal para ejecutar el plan de «transformación» del gobierno, del que sólo se sabe que se iniciará con retiros voluntarios y podría implicar modificaciones en los Centros Regionales.
El Boletín Oficial de este martes 12 de agosto incluyó el Decreto 571/2025, que avanza sobre la modificación de la estructura organizativa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), suprimiendo la Dirección Nacional que tenía a su cargo la coordinación de acciones entre el Consejo Directivo y los Centros Regionales.
Un mes atrás, al filo del vencimiento de las facultades delegadas que el Congreso había otorgado al Presidente de la Nación, el gobierno nacional publicó un mega decreto que dispuso la transformación del organismo, que, entre otras medidas, pasó de “descentralizado” a “desconcentrado”. También disolvió el Consejo Directivo —hasta entonces conformado por 10 miembros con mayoría del sector privado— y asignó la conducción a un presidente con rango y jerarquía de secretario, designado por el Poder Ejecutivo Nacional.
Cabe señalar que, la semana pasada, la Cámara de Diputados de la Nación rechazó, con el voto de dos tercios del cuerpo, este decreto, que quedaría sin efecto si el Senado adopta la misma postura. No obstante, desde el gobierno anunciaron que resistirán la medida en la Justicia.
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Repercusiones sobre la eliminación de la Dirección Nacional del INTA
Hasta hoy, las decisiones estratégicas y administrativas de la conducción llegaban al territorio a través de la Dirección Nacional. Suprimida esta instancia, se espera la creación de una nueva estructura que cumpla ese objetivo. En el plan de “modernización” del gobierno, implicaría retiros voluntarios y posibles cambios en la organización de los Centros Regionales, de los cuales dependen las Estaciones Experimentales y las Agencias de Extensión Rural.

En Santa Fe, como en otras provincias, los agentes del INTA están expectantes y a la espera de definiciones. Por eso, para el presidente del Consejo Regional local, Emiliano Durán, “si este decreto viene a darle celeridad a los procesos administrativos, creo que es una buena decisión; estoy hablando únicamente de la parte administrativa”. La aclaración, ante la consulta de AIRE Agro, responde a que —como todos quienes integran la estructura— Durán se opone a la pérdida de autarquía y gobernanza que implicó la disolución del Consejo Directivo Nacional.
“Viene a ratificar el decreto del 8 de julio (n.º 462/25), en el que se transforma el INTA en un organismo desconcentrado, con la pérdida de la autarquía y la concentración del poder en el presidente”, dijo sobre la supresión de la Dirección Nacional. “Es decir, que a la concentración de decisiones estratégicas en la figura del presidente, ahora se suma la misma facultad en términos administrativos”.
Diferencias entre un organismo descentralizado y uno desconcentrado
Fuentes santafesinas del organismo explicaron en off a AIRE Agro cómo impactarían estas medidas en su funcionamiento. En primer lugar, señalaron que “aunque las palabras sean parecidas”, no es lo mismo “desconcentrado” que “descentralizado”, ya que la diferencia radica en cómo llegan y se ejecutan los fondos para el funcionamiento del INTA. Hasta el 8 de julio, se asignaban en el Presupuesto Nacional, aprobado por el Congreso, y era el Consejo Directivo quien los administraba con criterio autárquico. Ahora, el financiamiento —aunque la partida seguirá definida en el presupuesto— será administrado por el Ministerio de Economía, al igual que las líneas estratégicas, ya que el presidente del organismo responderá directamente al Ejecutivo Nacional.
En este sentido, la fuente advirtió que será necesario homologar o unificar el sistema de gestión administrativa del INTA con el de la cartera económica. “Es la ejecución presupuestaria”, dijo. Por ejemplo, “cómo hacer las compras, cómo realizar las licitaciones, cómo llevar adelante todos los procedimientos administrativos que puedas imaginar en una institución con la envergadura del INTA”, incluyendo el manejo del personal, la vinculación tecnológica y las relaciones institucionales. “Cambia todo; es una institución prácticamente nueva. Mantienen el nombre, pero el cambio es fenomenal”.

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Antes de estos cambios, la Dirección Nacional recibía el mandato del Consejo Directivo para ejecutar acciones estratégicas en “la línea”, como denominan en la jerga interna a los Centros Regionales. También la conducción nacional recibía propuestas desde estas dependencias sobre cómo implementar dichas acciones.
Ahora, con la disolución de la Dirección Nacional, no solo las decisiones estratégicas, sino también las operativas, se concentran en el presidente, quien indefectiblemente necesitará crear una nueva estructura o cadena de mando hacia el territorio. “Debe armar una estructura parecida a la que tenía el Director Nacional, para que las decisiones que él tome lleguen a la línea y al lugar donde deban ejecutarse. Se tiene que armar un nuevo canal”, indicó la fuente.
En cuanto a lo que hará el gobierno cuando la nueva cadena de mandos esté operativa, los agentes saben muy poco. Lo único cierto es que se implementará un programa de retiros voluntarios. “Eso está confirmado que va a salir”.
De la aceptación que tenga esta medida y de la planta de agentes resultante, se definirán otros aspectos, como la posible enajenación de terrenos o cambios en la estructura de extensión, que también se mencionan, pero sobre los que “no se sabe nada”. Las versiones incluyen, además, cambios en los Centros Regionales, incluso una posible reducción. Palabras más, palabras menos, desde adentro afirman: “A las claras, es un achique”.