En Constanza, Santa Fe, el puestero Aldo Cohn encontró en una vaca Jersey de dos años una aliada inesperada: una nodriza capaz de criar nueve chivitos y cinco terneros huérfanos. Su caso sorprende por la eficiencia y mansedumbre del animal.
“En el campo se aprenden muchas cosas”, afirma Aldo Cohn, puestero en el establecimiento Doña Nélida, en Constanza, 40 km al sur de la ciudad de San Cristóbal. Por ejemplo, que se puede tener una vaca “nodriza” capaz de amamantar chivitos guachos, además de algunos terneros que también se quedaron sin madre. Toda una novedad en la ganadería.
El instinto maternal que sorprendió a todo un establecimiento rural
“La verdad es que nunca había visto algo así, y otra gente me dice lo mismo, que nunca se vio algo igual”, relató a AIRE Agro el trabajador, quien el año pasado encontró en esta vaca Jersey de dos años una solución práctica para optimizar el manejo de su majada de chivos Boer.
“La traje para criar a los chivitos, porque si no tenía que ir a buscar leche a un tambo”, contó. Todos los años, explicó, alguno queda solo, ya sea porque algunas chivas paren trillizos y no producen la suficiente leche para todos, o bien porque muere la madre.
Cómo una vaca nodriza optimiza la crianza de cabritos y terneros huérfanos
Al principio, la dinámica consistía en ordeñar la vaca y luego darles la leche con una mamadera. Hasta que “un día se arrimó un chivito al lado mío y, como la vaca tenía las tetas finitas, porque era de primera aparición —una vaquita nueva—, lo puse y se prendió”.
Desde entonces, comenzó a hacer que los cabritos mamen directamente de la vaca. Así, el año pasado la Jersey crió nueve chivitos guachos “y cinco terneros”, entre el suyo propio y otros que habían quedado huérfanos del rodeo de cría.
“Es un animal muy manso, la verdad”, contó Aldo, ya que se presta para amamantar a los pequeños sin necesidad de manearla. Incluso Aldo cuenta que ahora lleva la vaca al corral y los chivitos se prenden solos; cuando ellos terminan, pasan los terneros.

Este año, en mayo, la vaca dejó de amamantar porque ya no había chivitos y se destetaron los terneros que estaba alimentando, por lo que quedó suelta un mes y medio en el campo. Hasta que “el otro día me apareció otro ternerito guacho, porque se murió la madre, y se lo prendí para ver si juntaba leche; y juntó, así que le pegué otro ternero más, y ahora está con dos terneros y cuatro chivitos”.
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Cohn comentó que la crianza de los cabritos con leche bovina no difiere de la que se realiza con sus madres, aunque sí puede llegar a acelerar un poco el proceso. “Han mamado de la vaca hasta seis meses y se pueden criar más rápido que con la madre”, aseguró.