El mercado de carne vacuna atraviesa un escenario de precios en alza y exportaciones activas en 2025. Factores internos y externos marcan la dinámica del novillo y la rentabilidad de los productores.
Las idas y vueltas con las retenciones a los granos generaron sorpresa y parálisis en el mercado ganadero. La eliminación de ese tributo implicaba un aumento del 7% en el costo de producción a corral y disparó la inquietud de los engordadores.
Horas después, y antes de que se completaran los cálculos, el Gobierno volvió atrás y restableció las alícuotas previas. La marcha atrás devolvió tranquilidad a un sector que respalda la medida, pero reclama que se aplique gradualmente.
Lo que no se tocó fue la rebaja a cero de los derechos de exportación para la carne vacuna, vigente hasta el 31 de octubre. El problema: la mayoría de los frigoríficos no puede aprovecharla. Les falta financiamiento bancario, respaldo de casas matrices o capital propio para adelantar el 90% de las divisas de cada embarque, tal como exige la normativa oficial.
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Que la quita se mantenga hasta octubre y aún no se haya restituido el 5% deja en claro que el Gobierno sabe que este tributo no mueve la aguja ni en la recaudación ni en el mercado cambiario. Entonces, ¿por qué lo mantuvieron tanto tiempo y planean reimplantarlo desde el 1º de septiembre?

Muchos se entusiasman con que no regrese. No tiene impacto en el mercado ganadero, en las cuentas públicas ni en el valor del dólar. El aporte de la carne a través de retenciones es, en términos fiscales, irrelevante.
Este año las exportaciones alcanzarían los 3.000 millones de dólares. Con una retención del 5%, el aporte sería de apenas 150 millones: lo que el Banco Central mueve en un solo día. Además, desde hace tiempo solo se aplica sobre la carne de novillos, que representa la mitad —o menos— del total. En otras palabras, su efecto es todavía menor.
El novillo sube por falta de hacienda, no por las retenciones
Esta semana el novillo de exportación aumentó entre 3% y 5%. Lo que hace pocos días se pagaba entre 6.000 y 6.200 pesos por kilo gancho, hoy se vende en 6.100/6.300. El repunte no está vinculado a las retenciones, sino a la escasez cada vez más notoria de hacienda. La suba se sostiene, además, en los buenos precios de exportación.
La Cuota Hilton retrocedió, pero desde niveles muy elevados: pasó de 20.000 a 18.500 dólares por tonelada.
En el mercado interno también se vio algo más de firmeza, aunque sin grandes saltos. Novillitos, vaquillonas y novillos —tanto livianos como pesados— se venden entre 3.100 y 3.500 pesos. El sector espera que la falta de oferta se sienta con fuerza desde diciembre y empuje las cotizaciones, hoy estables.
La invernada, en tanto, sigue sostenida por la escasez y por el creciente interés de los exportadores en producir el novillo que los criadores no ofrecen. El macho liviano se paga 4.500 pesos; los de 180 a 200 kilos, entre 4.200 y 4.400; y las terneras, entre 3.700 y 3.800 pesos, valores de referencia para los feedlots.

Mercosur: más carne exportada y a mejor precio
Entre enero y agosto, los países del Mercosur exportaron 2,8 millones de toneladas de carne vacuna, 300 mil más que en el mismo período de 2024, lo que representa un aumento del 12% en volumen. Pero la mejora más fuerte estuvo en los valores: el precio promedio subió mil dólares por tonelada, con lo cual la facturación creció 25%.
Argentina, sin embargo, arrancó el año con problemas de competitividad. Por eso, las ventas externas cayeron 15% respecto de 2024. Aun así, en valor fue el país más favorecido: las exportaciones crecieron 38% y el precio promedio se ubicó en 4.500 dólares por tonelada.
Precios firmes y buenos resultados en el campo
Las cotizaciones del ganado se mantienen en niveles muy favorables y, con ellas, la rentabilidad de los campos de cría y recría. Incluso para el engorde a corral el balance es positivo: el primer semestre dejó resultados satisfactorios y en la segunda mitad del año están logrando amortiguar el impacto de la falta de terneros.
La reciente devaluación redujo los precios en dólares: los terneros pasaron de 3,35 a 3 dólares por kilo vivo, mientras que los novillos de exportación bajaron de un pico cercano a 4,90 a 4,40 dólares por kilo gancho.
Pese a la baja, siguen siendo valores muy competitivos. “En términos reales, los precios de los terneros son de los mejores de los últimos años”, aseguró el consultor Ignacio Iriarte.

“El ternero de invernada se ubica hoy, a moneda constante, un 25% por encima del promedio 2005-2024. El mínimo se registró en diciembre de 2008, en plena liquidación ganadera, con 1.900 pesos por kilo vivo de hoy; y el máximo en noviembre de 2010, con 5.300 pesos”.
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Iriarte también se refirió a la rentabilidad: “Según el Boletín de Resultados Económicos Ganaderos de septiembre, el Modelo de Cría Mejorado de la Cuenca del Salado registraba en agosto un resultado neto de 294 mil pesos por hectárea. A moneda constante, es un 32% más que un año atrás y un 28% más que el promedio histórico de agosto entre 2012 y 2024”.
Y concluyó: “La rentabilidad por hectárea que muestra hoy este modelo (Cuenca del Salado, 454 hectáreas, 410 vacas, 80% de destete) es la segunda más alta de los últimos trece años, siempre medida en agosto y en términos reales”.