La inteligencia artificial y los tractores autónomos están marcando el futuro de la agricultura. En el 33° Congreso Aapresid, AIRE Agro participó de la charla «La IA en las decisiones agronómicas». Los principales conceptos e ideas vertidas.
El 33° Congreso de Aapresid «Codigo Abierto» inició este miércoles en La Rural de Palermo, con nueve auditorios en los que se desarrollaron diferentes charlas de temáticas vinculadas al sector agropecuario. AIRE Agro participó de «La Inteligencia Artificial en las decisiones agronómicas«, presentada por Eduardo Améndola, especialista de marketing táctico de John Deere.
Durante la conferencia, Améndola delineó la visión de la compañía sobre la revolución de la agricultura de precisión, digital y la inteligencia artificial en todo el ciclo productivo.
La charla enfatizó la necesidad de adaptar la agricultura a un futuro con 10.000 millones de habitantes para 2050 y un aumento del 50% en la demanda de alimentos, en un contexto de patrones climáticos cada vez más impredecibles.
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En ese sentido, se destacó que las máquinas agrícolas actuales están alcanzando sus límites en tamaño y potencia; por lo que el próximo salto en productividad y rentabilidad no provendrá de máquinas más grandes, sino de máquinas más inteligentes, que serán capaces de manejar mejor los recursos, insumos y datos.
La máquina agrícola: de herramienta a generadora de información
Una de las ideas centrales que se dio durante la charla es que la máquina agrícola ya no es solo un equipo para una tarea específica. Ahora, las sembradoras, por ejemplo, documentan cada centímetro del campo, generando información que puede ser procesada y subida a plataformas gracias a la inteligencia artificial y algoritmos.
Esta información, concentrada en una plataforma común, puede ser compartida entre todos los actores del ciclo productivo: productores, agrónomos, asesores, proveedores y concesionarios, entre otros.
Un camino hacia la autonomía: la pirámide de evolución tecnológica
Durante la presentación, se propuso una «pirámide de evolución» para la adopción tecnológica, comenzando con un «paquete esencial» que incluye una antena, un monitor y un módem para subir información.
Esta información puede ser cargada en una plataforma gratuita y abierta que la empresa tiene a disposición de los usuarios, y que permite a los agricultores monitorear y controlar sus operaciones desde el teléfono.
Los pasos siguientes en la pirámide incluyen:
- Incremento del uso de tecnología: Integración de pilotos automáticos y control de sección.
- Tecnologías avanzadas: Software más sofisticado, máquinas que giran solas en cabecera y guiados inteligentes.
- Autonomía total: La cúspide de la pirámide, donde la máquina opera de forma independiente.
La autonomía en acción: precisión sobrehumana y eficiencia
Un ejemplo impactante es el tractor autónomo, donde se dejó en claro que su cualidad más significativa no es que se maneje solo, sino que lo es su precisión y repetibilidad sobrehumanas. «Ninguna persona podría igualar la precisión de un tractor autónomo que trabaja durante jornadas de 18 horas», aseguró Améndola, destacando esta situación como «crucial» en tareas de siembra, donde un agricultor tiene solo 35 o 40 oportunidades en toda su vida para hacerla correctamente.
El especialista de marketing táctico de John Deere. resumió que la autonomía reduce la carga laboral, permite operar 24 horas al día y optimiza las ventanas de trabajo según las condiciones climáticas. «Los agricultores pueden dedicar más tiempo a la gestión de su negocio, realizando tareas que antes no podían debido a las largas horas en la cabina», indicó.
Con esa premisa de innovación, el objetivo de John Deere es tener un sistema completamente autónomo para todo el ciclo productivo de soja y maíz en Estados Unidos para 2030, con la visión de que tecnologías como las cosechadoras predictivas también sean autónomas.