El mejoramiento genético del maíz está impulsando una verdadera revolución en la productividad agrícola de Argentina. Nidera, a través de la investigación y el uso de tecnología avanzada, están permitiendo que los productores saquen el máximo provecho.
Pablo Colomar, responsable comercial de Nidera Semillas en Argentina, integró un panel en el Congreso Internacional del Maíz sobre el mejoramiento genético, y lo que le puede aportar a la productividad del maíz.
En ese sentido y en diálogo con AIRE Agro, Colomar destacó la alta tasa de ganancias genéticas que están logrando los programas de mejoramiento en Argentina y cómo estos avances pueden marcar una diferencia significativa en los rendimientos de los productores.
Colomar subrayó que los programas de mejoramiento genético en el país están alcanzando niveles comparables a los de los mejores programas en Estados Unidos. Sin embargo, enfatizó que aún hay un margen importante para optimizar los rendimientos. «El verdadero desafío está en cómo aprovechar al máximo ese potencial genético que nos brindan los mejoradores, adaptándolo a las condiciones específicas de cada lote», explicó.
Una de las claves para maximizar el rendimiento es la correcta gestión del híbrido, que debe incluir decisiones precisas sobre la fecha de siembra, fertilización y densidad adecuada según el índice ambiental. «Aprovechar todo el potencial de los híbridos requiere de una correcta planificación y seguimiento en cada fase del cultivo», agregó.
El rol de Nidera en la optimización del rendimiento
Nidera trabaja estrechamente con mejoradores y equipos de desarrollo para generar información valiosa que llegue al productor. Según Colomar, una de las estrategias principales de la empresa es realizar una planificación anticipada de la siembra, analizando las condiciones ideales para cada lote y luego comparando esos ideales con los resultados obtenidos en cosecha.
«Nos desafiamos a medir cuán cerca estuvimos de esos objetivos y, si es necesario, ajustamos las estrategias para el siguiente ciclo», afirmó.
Además, la tecnología juega un papel crucial en el proceso de mejoramiento genético. Nidera utiliza herramientas como el fenotipado y el genotipado, lo que permite acelerar la creación de nuevas líneas y aumentar la precisión de los híbridos.
«Hoy en día, al generar un híbrido, ya contamos con información genética detallada, lo que nos permite conocer el comportamiento agronómico antes de validarlo a campo», comentó Colomar.
Estabilidad y rendimiento: claves para el futuro del maíz en Argentina
El rendimiento es el objetivo principal de cualquier programa de mejoramiento, pero Colomar resaltó que la estabilidad también es esencial: «No sirve de nada tener un híbrido con alto rendimiento si no es estable en todas las condiciones climáticas», señaló. Por ello, Nidera trabaja en agregar capas de estabilidad y resistencia a enfermedades, como la roya y el tizón, para garantizar un comportamiento más predecible y fiable, incluso en años con condiciones climáticas adversas.
Lo próximo en el mejoramiento genético: el 7765
El futuro del mejoramiento genético en Nidera ya está marcado por el lanzamiento del híbrido 7765, que promete una gran amplitud de zona para adaptarse a diferentes condiciones de siembra, tanto tempranas como tardías.
Colomar destacó que este híbrido es el resultado de años de trabajo en la búsqueda de la combinación perfecta de rendimiento, estabilidad y adaptabilidad.