Durante el Congreso de Aapresid se destacó el papel clave de las escuelas rurales como centros de innovación, conectando a los estudiantes con el mundo productivo y promoviendo una educación integral que integra la comunidad, la infraestructura y el acceso a servicios esenciales.
El 33º Congreso de Aapresid fue el escenario de un panel sobre «Escuelas Rurales: Raíz de Asentamiento y Desarrollo Integral de la Ruralidad«, que contó con las disertaciones de la presidenta del Consejo General de Educación de Entre Ríos, Alicia Fregonese, y del educador Luis María Vedoya.
Ambos expertos destacaron el rol central de la escuela rural como pilar del arraigo, la cohesión comunitaria y el desarrollo local, a pesar de enfrentar desafíos como el acceso a recursos, la conectividad y la formación.
Un cambio de mirada y habilitación de futuros
Luis María Vedoya, desde su perspectiva de educador comprometido con proyectos de desarrollo local, aunque sin haber sido alumno rural, abordó la complejidad de la educación, que a menudo es vista como «salvadora», pero también como «culpable» de muchos problemas sociales. Presentó tres historias que ilustran la necesidad de cambiar la perspectiva y potenciar la ruralidad:
- La «Escuelaza» de Chuña (Córdoba): en 2010, en Chuña, un pueblo de 600 habitantes, una maestra ideó un proyecto escolar a través del que los alumnos desarrollaron subproductos que los llevaron a ganar ferias de ciencias nacionales y presentar su trabajo en California. Vedoya enfatizó que solo fue necesario «cambiar la mirada» para transformar una «escuelita rural en el medio de la nada» en una «escuelaza en medio de todo».
- La Fundación Encender en Quemú Quemú (La Pampa): ante la problemática de jóvenes que no terminaban la secundaria o no podían acceder a educación superior, se creó un programa de becas y capacitación laboral. La clave, según Vedoya, fue descubrir el «último por qué» de los jóvenes (ej. «quiero que mis hijos tengan más oportunidades»), y decirles «yo creo en vos». La fundación logró 30 inscriptos para un curso de manejo de tractores, demostrando el impacto de la articulación y la creencia en el potencial de los estudiantes.
- La Heladera en La Estrella (Chaco Salteño): en una experiencia personal de 2023, Vedoya llegó a una escuela con la idea preconcebida de solucionar el acceso al agua potable. Sin embargo, el director le enseñó una lección fundamental: la necesidad más urgente era una heladera para almacenar alimentos para los 40 chicos que desayunan, almuerzan y meriendan en la escuela. Este suceso le enseñó la importancia de escuchar las necesidades reales y no imponer soluciones preestablecidas, aportando «capital cultural, capital social, experiencias, novedad».
Vedoya concluyó que la invitación es a «sacarle una sonrisa a Domingo Faustino Sarmiento, logrando transformar una historia, una transformar una realidad o transformar una escuela».
Flexibilidad y articulación para un sistema robusto
Alicia Fregonese, por su parte, resaltó la «flexibilidad« de la escuela rural como su gran virtud, a diferencia de la rigidez de las escuelas urbanas. Ella misma, con experiencia de vida en zonas rurales con caminos de arcilla, relató ser testigo de los desafíos y la importancia de la educación en el campo.

Fregonese destacó varios puntos clave sobre la escolaridad rural en Entre Ríos:
- Altísima Representación Rural: más del 50% de la educación en Entre Ríos es rural y el 85% de los caminos son de tierra.
- Distribución por Nivel:
- Nivel Inicial: El 51% está en la ruralidad, con una «muy buena noticia» de que el nivel está consolidado con docentes a cargo.
- Nivel Primario: El 60% de las escuelas son rurales, y un preocupante 67% de estas son «dispersas» (aisladas, con pocos alumnos).
- Nivel Secundario: El 34% de las escuelas son rurales (casi 200 de 500).
- Componente productivo y arraigo: existe una fuerte correlación entre la producción intensiva (avicultura, citrícola, porcicultura, ganadería, tambos) y el crecimiento de la matrícula rural. La necesidad de personal en el campo incentiva a las familias a permanecer si hay acceso a una escuela, lo que reduce la «volatilidad de la matrícula rural».
- Cambio Post-pandemia: la pandemia del coronavirus impulsó a muchas parejas jóvenes a buscar calidad de vida, entornos tranquilos, menor costo y seguridad en zonas sub-urbanas o rurales, siempre que haya caminos transitables y conectividad.
Fregonese contó que el Gobierno de Entre Ríos implentó diversas estrategias para abordar los desafíos de la educación rural, como la articulación interministerial, trabajando en conjunto con vialidad, economía y producción para ofrecer un acompañamiento integral a las escuelas, familias y productores.
Otro punto importante fue fomentar el transporte y la accesibilidad mediante la promoción de consorcios de caminos y la búsqueda de flexibilidad en los horarios escolares para adaptarse a la vida rural. Además, se buscó una promoción activa de la escuela rural, enfatizando que no es una «escuelita» sino una «flor de escuela».