La interconexión entre la producción de maíz, la ganadería, la energía y la sustentabilidad fue presentada en el Congreso Internacional de Maíz, demostrando que el «efecto desarrollo» del maíz es real, abarcando desde la calidad de la carne exportable hasta la generación de energía limpia.
Bajo el título “Real ‘Efecto Desarrollo’ – El mundo del maíz”, el Congreso Internacional de Maíz que se realiza en Rosario fue escenario de una enriquecedora charla que reunió a expertos del sector agropecuario y energético.
El panel, moderado por el periodista Germán Tinari, contó con la participación de Elías Giugge (Ing. Agr.), Verónica Geese (Secretaría de Energía del Gobierno de Santa Fe), Guido Farina (AdecoAgro) y Georges Breitschmitt (Presidente del IPCVA), quienes abordaron la multifacética relevancia del maíz en la producción de alimentos, energía y la construcción de un futuro más sustentable.
El maíz como motor de calidad en la carne y desafío exportador
Georges Breitschmitt, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), enfatizó la creciente demanda internacional por carnes con valor agregado, donde el maíz juega un papel fundamental.
«Cuando vamos a las ferias, hay mucho interés y nos dicen qué tipo de carne están haciendo. ¿Cuántos días de grano tiene? ¿Qué marmoreo tiene la carne que nos están mandando?», explicó Breitschmitt y subrayó que el maíz es clave para lograr ese «marmoreo» y la capa de grasa que buscan consumidores en mercados exigentes como el alemán.
Breitschmitt destacó el enorme potencial de crecimiento en la ganadería argentina alimentada con granos, ya que actualmente menos del 5% de la producción utiliza esta modalidad, con un 70% en pastizales naturales y un 20% en pasturas.
Sin embargo, el IPCVA se enfrenta a un desafío crucial: a partir del 1 de enero de 2026, la Unión Europea exigirá certificaciones de sustentabilidad para la carne, abarcando no solo la ausencia de deforestación, sino también la trazabilidad, el trabajo infantil y el respeto a las comunidades originarias. «Esto no es solo a la Argentina que le está pidiendo todo esto, es al mundo», aclaró.

Santa Fe: líder en bioenergías y la lucha por el valor agregado
Verónica Geese, secretaria de Energía de Santa Fe, puso en valor la posición de la provincia en el desarrollo de bioenergías. «Tenemos todas las bioenergías en Santa Fe y tenemos el biodiesel que es nuestra estrella», afirmó, destacando que el 82% de la capacidad productiva de biodiesel de Argentina está instalada en Santa Fe.
La provincia también cuenta con plantas de bioetanol, aunque en menor escala que las de biocombustibles.
Geese defendió la necesidad de una visión integral del agregado de valor, y no solo desde el punto de vista energético. La Liga Bioenergética (que agrupa a Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y el NOA) trabaja en un proyecto de ley para fomentar los biocombustibles, buscando un consenso político que asegure la estabilidad para grandes inversiones. La funcionaria lamentó que la discusión sobre biocombustibles a menudo se limite al sector energético, perdiendo la mirada productiva y de desarrollo del país.
Asimismo, Geese resaltó los beneficios ambientales y de salud del bioetanol, que contamina un 80% menos en la combustión y es mejor para la salud pulmonar al evitar aditivos cancerígenos en las naftas. Expresó el «sueño del pibe» compartido de ver autos flex-fuel en Argentina, como en Brasil, lo que permitiría diversificar la cadena de producción y consumo.