Los productos biológicos ganan protagonismo como herramientas para una agricultura más sostenible, complementando las soluciones tradicionales y potenciando la productividad de los cultivos.
Por CASAFE (*)
La agricultura enfrenta el desafío de producir más alimentos para una población en constante crecimiento mientras debe reducir el impacto ambiental.
En este contexto, los productos biológicos emergen como aliados estratégicos dentro del manejo integrado de cultivos, ofreciendo soluciones innovadoras basadas en organismos vivos o derivados naturales que actúan sobre insectos, enfermedades y la fisiología vegetal.
El auge de los biológicos: una respuesta a los desafíos globales
Hoy, los biológicos ya son una realidad y forman parte del manejo integrado de plagas y cultivos en pos de un incremento de los rendimientos. En Argentina, el mercado de biológicos creció un 10,9% en 2024, alcanzando los USD 124,2 millones y representando cerca del 4% del mercado total de fitosanitarios, así lo revela el estudio realizado por Pampas Group y Somera basados en el informe de Biológicos de CASAFE.
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Este crecimiento refleja un interés cada vez mayor por integrar estas tecnologías en sistemas productivos locales, destacándose el tratamiento de semillas (51% del mercado) y los Bioestimulantes (26%). Si bien los bioinsecticidas solo representan el 4% del mercado, han tenido un notable aumento durante 2024, creciendo a una tasa del 109% en facturación, siendo esta la mayor del mercado en ese año según la misma fuente.

¿Qué son los biológicos y cómo funcionan?
Dentro de la categoría de biológicos se comprenden diversas clasificaciones según su función principal. Por ejemplo, los bioestimulantes mejoran la eficiencia en el uso de nutrientes, la tolerancia al estrés por factores abióticos y la calidad de los cultivos. En ese sentido, representan el 26% del mercado y son fundamentales para enfrentar eventos climáticos extremos, como sequía.
Por su parte, los biocontroladores actúan sobre insectos y enfermedades mediante microorganismos o compuestos naturales, y colaboran con la prevención en la aparición de resistencias al permitir rotar productos Entre sus mecanismos de acción se destacan el antagonismo microbiano, el parasitismo sobre plagas y la estimulación de defensas naturales en las plantas.
En tanto, los biofertilizantes son productos naturales que contienen microorganismos, o metabolitos, beneficiosos para las plantas, ayudando a mejorar su crecimiento y nutrición. Incluyen bacterias fijadoras de nitrógeno y especies que movilizan nutrientes como fósforo, potasio y azufre, contribuyendo así a una mayor eficiencia nutricional.
Cada una de estas clasificaciones cumple un rol específico en el manejo integrado de cultivos. Agruparlas como un solo concepto puede llevar a confusión, por lo que es sumamente importante comprender sus diferencias para acelerar su adopción.
Casos prácticos en Argentina
El uso de Bioinsumos en cultivos como soja, trigo y maíz ya validan el potencial de los biológicos. Por ejemplo:
- Los inoculantes en soja mejoraron la fijación de nitrógeno, reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos.
- Los biofungicidas demostraron resultados prometedores en el manejo integrado de enfermedades foliares. Por ejemplo, se evaluaron productos basados en Trichoderma spp. para el control de enfermedades en cultivos extensivos, destacándose su capacidad para reducir la incidencia de patógenos en el suelo.
- Sobre el maíz, experiencias recientes exploraron el uso combinado de biológicos y químicos para el control de plagas como la chicharrita (Dalbulus maidis). Estas estrategias integradas mostraron resultados alentadores, especialmente en términos de reducción de daños causados por esta plaga.
Además, los bioinsecticidas tuvieron un crecimiento notable, controlando insectos mediante microorganismos un ejemplo es Bacillus thuringiensis y los hongos entomopatógenos.

Sin embargo, el objetivo no es reemplazar a los productos químicos, sino integrarlos en un manejo combinado que optimice resultados agronómicos y sustentables.
A pesar de su potencial, la adopción de biológicos enfrenta desafíos como la falta de información técnica local, personal no capacitado en la temática y variabilidad en la calidad de los productos. Sin dudas, superar estos desafíos requerirá de una agenda sostenida en lo que respecta a capacitación, ensayos agronómicos rediseñados y colaboración público-privada.
El futuro de los biológicos
Según lo presentando por Ignacio Moyano de Dunham Trimmer en el Congreso CASAFE – Edición Biológicos, hacia 2030, se proyecta que este mercado supere los USD 29.000 millones a nivel global, con América Latina liderando el crecimiento. Innovaciones como formulaciones multifuncionales, consorcios microbianos adaptados al ambiente y microorganismos editados genéticamente marcarán el rumbo de esta industria.
En Argentina, el segmento de bioestimulantes y biofertilizantes está consolidándose rápidamente. Siguiendo a Moyano, se espera que estos último dupliquen su mercado global hacia finales de la década.
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Nuestro país tiene una oportunidad única para consolidarse como líder regional en el desarrollo y adopción de biológicos. Con políticas públicas activas, marcos regulatorios modernos y una estrategia colaborativa, los biológicos pueden convertirse en una herramienta clave para construir una agricultura más competitiva, sostenible e innovadora.
En este contexto, CASAFE reafirma su compromiso con la promoción de Buenas Prácticas Agrícolas y el desarrollo de soluciones eficaces, seguras y sostenibles. A través de capacitaciones, guías técnicas y articulación con organismos públicos y privados, la Cámara trabaja para integrar tecnologías que permitan producir más y mejor, cuidando el ambiente y fortaleciendo la competitividad del agro argentino.
(*) Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes