La tormenta de Santa Rosa dejó lluvias históricas en Santa Fe, con acumulados que superaron los 250 milímetros y provocaron inundaciones en campos y caminos. Los encharcamientos causarían dificultades para trigo, maíz y girasol en el centro sur, así como en lotes ganaderos sin lomas. El cordón frutihortícola no hubo mayores complicaciones.
La tormenta de Santa Rosa dejó una huella histórica a su paso por la provincia de Santa Fe, con registros de lluvias pocas veces vistos en el mes de agosto y aún más notables al sumarlos con los de julio, igualmente inusuales.
Trigo y legumbres: los cultivos más comprometidos
El fenómeno del fin de semana tuvo mayor impacto en el sur provincial, con acumulados que llegaron a superar los 250 milímetros, lo que provocó inundaciones en plantas urbanas, como en María Teresa, y también fuertes escorrentías en campos, caminos y rutas de la región.
En materia productiva, se espera que los cultivos de trigo y legumbres sean los más afectados, especialmente en los lotes bajos, donde el agua en superficie puede permanecer estancada por más tiempo. “En trigo, la acumulación de agua en superficie durante 48 horas provoca anoxia y muerte radicular, generando que el lote se manchonee, y esto se agrava cuanto mayor es el porcentaje de superficie inundada”, explicó a AIRE Agro el ingeniero agrónomo Silvio Montenegro, desde Chabás, departamento Caseros.

El profesional precisó que lo mismo ocurre en los lotes de arvejas, lentejas, cebada o colza de la región, así como en los verdeos y pasturas, “sobre todo aquellas a base de alfalfa”. El encharcamiento también retrasará la siembra de maíz y girasol. “Afortunadamente, se pronostican más de diez días sin lluvias”, se alivió el especialista. Y agregó que, en ganadería, el mayor problema se dará en los lotes bajos sin lomas, donde el ganado no encuentre sitios donde dormir y rumiar.
De todas formas, Montenegro puso el énfasis en la infraestructura: “El mayor problema son las dificultades de transitabilidad porque, en general, los caminos rurales están en pésimo estado de conservación”.

El impacto en maíz y girasol por el encharcamiento
En el centro provincial, los acumulados rondaron los 100 milímetros y podrían generar complicaciones en lotes recién sembrados con maíz de primera que permanezcan encharcados. “La resiembra de maíz es lo peor que te puede pasar”, señaló el productor Juan Pablo Bortolozzi, desde Gessler, no solo por el costo, sino también por la dificultad de ingresar al lote en diez días —cuando haya piso— con las plantas ya nacidas. “Ni hablar de los que tienen girasol; se desincroniza todo y se pisan muchas plantas”.
El ingeniero agrónomo Germán Albrecht, desde Gálvez, añadió que los suelos ya estaban muy saturados y la situación comienza a complicarse. “Hay lotes de trigo encharcados; se lavaron un poco los nitratos donde se aplicó urea y, además, por escorrentía pueden haberse lavado los herbicidas preemergentes, que pierden residualidad”, explicó sobre los lotes barbechados. En el bimestre julio-agosto se acumularon 260 milímetros (90 + 170, respectivamente), algo “fuera de lo común” que, según dijo, hacía mucho tiempo no se veía.
Más al norte, en San Justo, las lluvias fueron muy bien recibidas. Solo en la madrugada de este 1 de septiembre cayeron 45 milímetros. El ingeniero agrónomo José Alonso indicó que el acumulado de junio-julio-agosto alcanzó los 210 milímetros. “Casi tuvimos los mismos registros en pleno invierno que en verano”, dijo, tras mencionar que en el trimestre enero-marzo el acumulado fue de 230 milímetros. Los cultivos de trigo y colza “están muy bien”, aunque podría haber algunas complicaciones en lotes de girasol y maíz.

Frutillas y hortalizas: efectos en la zona de Coronda y la costa
En la zona frutillera de Coronda, en tanto, afortunadamente no hubo granizo y solo se reportaron dificultades para sacar la cosecha de las quintas. “Camiones empantanados, se atrasó la salida de algunos con destino a los mercados de Buenos Aires”, informó la jefa de la oficina local del INTA, María del Huerto Sordo. Mientras tanto, “a campo abierto”, el viento destapó algunos microtúneles, “y la fruta que se moja es sensible a Botrytis y otras enfermedades”.
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Para los frutilleros de la costa, desde Santa Fe hacia el norte por la ruta provincial 1, la situación fue similar: sin granizo, solo con grandes volúmenes de agua y sin mayores daños. “Gracias a Dios no hubo daños en Rincón, Arroyo Leyes ni Santa Rosa de Calchines”, dijo el asesor Esteban Rufino.
Desde el INTA Monte Vera, el ingeniero Mariano Gatti indicó que se midieron 77 milímetros, pero “el agua corrió” y no generó mayores dificultades. “Hubo algo de piedra, pero muy poca y de tamaño reducido; estimamos que lo más afectado serán las verduras más pequeñas, que el agua aplastó contra el piso. Pero podemos decir que otra vez la sacamos barata en la zona de quintas: podría haber sido peor”.