La empresa comenzó su trayectoria en la zona de Esperanza, formulando sales minerales para tambo. Sin embargo, la clave del éxito de Suplefeed estuvo en desarrollar un software innovador que permitiera analizar muestras de agua, calcular dietas para los animales y recomendar sales minerales específicas según las necesidades de cada establecimiento.
“Nosotros hacíamos el saco para cada vaca”, explicó Luzzuri, destacando cómo las soluciones personalizadas para cada productor fueron clave en su crecimiento.
El proceso de innovación de la empresa continuó con la incorporación de probióticos en la dieta de los bovinos, especialmente en alimentos con cero fibra, algo inusual en la nutrición animal.
Luzzuri explicó que la fibra es fundamental para evitar alteraciones digestivas en los bovinos, y que los probióticos ofrecen una alternativa saludable para los animales sin necesidad de antibióticos, sustancias químicas o anabólicos.
“Lo que buscamos es evitar que cualquier sustancia pueda perjudicar ni la salud del animalm ni la salud humana”, afirmó Luzzuri.
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Otro de los grandes avances de Suplefeed fue el desarrollo de enzimas para mejorar la digestibilidad de la fibra grosera.
«Con un grupo técnico, desarrollamos enzimas capaces de poder aprovechar en su totalidad la fibra grosera que hasta el momento y sin este tipo de ingredientes en la dieta no se puede aprovechar porque el rumen tiene bacterias; pero no tienen la capacidad de digerir un polímero que la elimina. Entonces, lo hace indigestible», detalló.
Y agregó: «Con la incorporación de las enzimas, que tienen la capacidad de ir fraccionándolas cada vez más chicas, se obtiene glucosa a partir de hidratos de carbono estructurales, que son la celulosa y la micelulosa».
“Esto nos permite aprovechar materiales fibrosos de bajo costo como el reemplazo del maíz, lo que ayuda a mantener los mismos niveles de producción a un costo mucho más bajo”, comentó Luzzuri.
Una demostración de sabor
En el stand de Suplefeed se ofreció asado: «A los argentinos nos hizo muy famoso la calidad de carne en el mundo. Pero para tener calidad de carne a pasto se necesitan dos años», sostuvo.
«Para acortar los tiempos, el productor inventó un sistema que se llama feedlot, pero a base de grano. Eso hizo que se cambie el gusto de la carne, que es el denominado gusto a chancho que le dicen muchas personas», continuó.
Así, destacó: «Nosotros con nuestro sistema tenemos la misma calidad de carne que si fuera a pasto, pero en los tiempos de un feedlot, con el mismo sabor y gusto».