Se trata de Arandú INTA, variedad que no solo ofrece un mayor rendimiento, sino que también es la primera en Argentina en ser tolerante al déficit hídrico y presenta resistencia a enfermedades foliares y a la familia de herbicidas de las imidazolinonas. Su desarrollo responde directamente a las demandas de los productores algodoneros de la región.
Arandú, que en guaraní significa sabiduría, incorpora el conocimiento acumulado de años de trabajo con el sector productivo. Según Mauricio Alfredo Tcach, obtentor de esta variedad, el objetivo fue lograr “un material que rinda más, que mantenga el equilibrio entre crecimiento vegetativo y reproductivo, y que conserve su área foliar hasta el final del ciclo”.
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Una variedad innovadora para el algodón argentino
Arandú INTA BGRR-IMI se diferencia de las variedades comerciales previas como Guazuncho 4 INTA BGRR, Guarani INTA BGRR y Pora 3 INTA BGRR, por tener un ciclo más largo y un mayor tamaño de cápsulas en el tercio superior de la planta. Esto permite una productividad superior, incluso en condiciones de estrés hídrico.
Además, la sanidad foliar y el envejecimiento más lento de la planta destacan como cualidades que refuerzan su capacidad adaptativa frente a enfermedades como alternariosis y ramulariosis.
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Colaboración público-privada y proyección comercial
Alex Montenegro, también obtentor de la variedad del INTA Sáenz Peña, destacó que Arandú representa una “innovación sin precedentes en el país” y que no existen antecedentes similares de difusión comercial en otras regiones algodoneras del mundo. Será, además, la primera variedad evaluada en un programa de mejoramiento con productores PMP, donde se probarán materiales pre-comerciales.
Este avance fue posible gracias a la colaboración de instituciones públicas y empresas nacionales como Gensus, productores del sector y el Grupo Agroperfiles. “La investigación apunta no solo a lo agronómico, sino también a trazar un camino para el futuro del mejoramiento genético del algodón argentino”, subrayó Montenegro.