Con la creciente invasión de cardenales y cotorras en los campos de Santa Fe, los productores se ven obligados a recurrir a una vieja tradición: el uso de espantapájaros, en un intento por proteger sus cultivos de girasol y maíz.
Las plagas de cardenales y cotorras siguen ganando terreno en los campos del norte y centro sur de la provincia de Santa Fe, causando grandes pérdidas a los productores en los cultivos de girasol y maíz.
Maíz afectado por el ataque de aves
En la localidad de Gessler, en el departamento San Jerónimo, el productor Juan Pablo Bortolozzi enfrentó una dura pérdida: «me comieron medio lote de maíz, parece increíble», comentó.
Bortolozzi también mencionó que, frente a la invasión de aves, recurrió a la antigua práctica de colocar espantapájaros. Sin embargo, esta medida no resultó eficaz para detener el ataque de las aves.
«Además, los cardenales y las cotorras atacaron los melones y las sandías», concluyó el productor, visiblemente afectado por los daños.
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La situación en el norte de Santa Fe
En la zona de Villa Minetti —departamento 9 de Julio— en el norte santafesino, los cardenales han causado grandes pérdidas en los cultivos de girasol. Según Amílcar Martel, productor de la zona en el campo «La Hiedra», el daño representa «unas 12 hectáreas, de un total de 170. Es decir, un 7% claramente afectado».
Los efectos son severos, con un claro descenso en el rendimiento debido al raleo del cultivo, sin embargo «el daño varía mucho dependiendo de la zona y el grado de presencia de la plaga», explicó Martel.
Además, el productor aseguró que, «este año, la plaga se ha dispersado por toda la zona, incluyendo Villa Minetti, San Bernardo y Pozo Borrado».

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El impacto de un tambo cercano: refugio y alimento para las aves
El ataque es especialmente grave en áreas cercanas a un tambo vecino, que sirve de refugio y fuente de alimento para las aves durante todo el año. Los cardenales operan de manera sistemática, desplazándose desde los alambrados hacia el interior de los campos, donde causan grandes daños.
Zona del NEA: productores exigen soluciones
En Colonia Elisa, Chaco, productores de soja primavera recurren a changarines para “espantar” bandadas de palomas, cuya gran presencia provoca daños importantes en los lotes. Incluso han recurrido a espantarlas con bocinazos en moto.
Según los propios productores, este año la cantidad de aves es considerablemente mayor que en el anterior, y solicitan la implementación de medidas coordinadas para toda la región del Noreste Argentino (NEA).