En una jornada técnica en Junín, productores y especialistas analizaron cómo la estrategia multiespecie impulsa sistemas más rentables y se integra al avance de la agricultura regenerativa.
La estrategia multiespecie avanza en distintos puntos del país como una alternativa capaz de mejorar la rentabilidad anual y promover sistemas más resilientes.
Durante una jornada realizada en Junín, productores y técnicos analizaron cómo diversificar la producción permite reducir riesgos, estabilizar ingresos y aprovechar mejor los recursos del suelo.
Un enfoque integral para producir durante todo el año
El eje central fue la necesidad de dejar atrás esquemas basados únicamente en dos o tres cultivos. La propuesta multiespecie plantea rotaciones amplias, complementarias y diseñadas para sostener la productividad a lo largo de las distintas estaciones.
Los especialistas remarcaron que pensar el sistema como un conjunto es clave para lograr una mayor eficiencia. La inclusión de múltiples cultivos —de invierno y de verano— permite mejorar la estructura del suelo, recuperar nutrientes, optimizar la oferta de carbono y generar mejores condiciones para los ciclos productivos siguientes.
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Agricultura regenerativa: cómo se vincula con la estrategia multiespecie
La estrategia multiespecie se enmarca en el crecimiento de la agricultura regenerativa, un enfoque que busca reconstruir la salud del suelo, fortalecer la biodiversidad y reducir la dependencia de insumos externos.
Los técnicos explicaron que la diversificación tiene un impacto directo en:
- la recuperación de la porosidad del suelo
- el equilibrio de nutrientes
- el aporte de nitrógeno mediante especies que fijan este elemento
- la reducción de malezas por competencia biológica
- la mejora en la retención de agua
Este tipo de esquemas favorece sistemas más estables, resilientes ante eventos climáticos y capaces de sostener la producción sin degradar los recursos.
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Rotaciones amplias: la clave para la sustentabilidad
Entre las combinaciones que más interés despertaron durante la jornada de RAGT Semillas se destacaron los esquemas que integran cultivos de invierno y de verano en secuencias que aportan diversidad funcional.
La inclusión de especies con distintos tipos de raíces, demandas nutricionales y tiempos de desarrollo permite recuperar la vida microbiana del suelo y mantener su fertilidad a largo plazo.
Los especialistas subrayaron que la rotación no debe limitarse a tres cultivos tradicionales, sino incorporar muchas más opciones para lograr un sistema verdaderamente sustentable.

