La epopeya de los caballos argentinos que hicieron historia
La celebración, llevada a cabo el pasado sábado 26 de abril, reunió a alrededor de 400 caballos, incluyendo miembros del Regimiento de Granaderos a Caballo General San Martín, representantes de instituciones rurales, descendientes de la familia Solanet y vecinos de Ayacucho.
El casco central de la estancia se convirtió en el escenario principal donde se rindió homenaje a la hazaña que, iniciada un 24 de abril de 1925, marcó un antes y un después en la historia de la equitación mundial.
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La jornada comenzó con un imponente desfile, seguido de un acto oficial que incluyó el izamiento de banderas, la entonación del Himno Nacional Argentino y sentidos discursos. El intendente de Ayacucho, Licenciado Emilio Cordonnier, Don Emilio Solanet y Emma Solanet de Araoz destacaron el valor cultural e histórico de la travesía, considerada una de las más extraordinarias de todos los tiempos.
Un cuadro representativo, animado por el payador Pedro Saubidet, recordó el recorrido atravesando los 13 países que formaron parte de la ruta, mientras se desplegaban las banderas de cada nación. Como cierre, se colocó una ofrenda floral junto al monumento que guarda los restos de Gato, Mancha y Tschiffely, en un gesto que renovó el homenaje a la perseverancia, el coraje y la resistencia criolla.
La historia detrás de Gato y Mancha: un legado que sigue vigente
La histórica travesía emprendida en 1925 fue impulsada por Aimé Félix Tschiffely, un suizo radicado en Argentina, decidido a demostrar la resistencia del caballo criollo. Junto a Gato, un overo rosillo de 16 años, y Mancha, un gateado de 15, ambos provenientes de la manada de Emilio Solanet, partieron desde Buenos Aires para atravesar selvas, desiertos y cordilleras, desafiando climas extremos y terrenos hostiles.
El viaje duró tres años y 149 días, culminando el 20 de septiembre de 1928 en Nueva York, luego de superar pruebas que incluyeron el cruce de la cordillera de los Andes a más de 5.900 metros de altura en el paso El Cóndor, Bolivia. La proeza no solo evidenció la dureza y nobleza del caballo criollo, sino que también se transformó en un símbolo de la identidad nacional. Desde entonces, cada 20 de septiembre se celebra en Argentina el Día Nacional del Caballo.
La conmemoración en El Cardal, cargada de emoción y memoria, reafirmó el legado de aquellos tres protagonistas que, con espíritu indómito, lograron una hazaña que continúa inspirando generaciones.