El INTA puso en marcha un operativo de monitoreo y contención tras confirmar la presencia del insecto en un lote cercano a Montecristo. Especialistas advierten que la plaga, si no se controla, puede provocar pérdidas de hasta el 100% del cultivo.
Por primera vez, el picudo negro de la soja (Rhyssomatus subtilis), una plaga ampliamente distribuida y dañina en el norte argentino, fue detectado en la provincia de Córdoba. El hallazgo, confirmado en la localidad de Montecristo, generó preocupación entre técnicos y productores por la capacidad destructiva del insecto y su posible expansión hacia otras zonas productivas.
El caso en Córdoba: pérdidas de rendimiento y zonas afectadas
El insecto fue identificado por Roberto Peralta, responsable de la empresa Halcón Monitoreos, quien detectó severos daños en vainas de soja en la campaña 2024/25. “Afectó aproximadamente el 70% del lote, con pérdidas que redujeron el rinde esperado de 32 a 15 quintales por hectárea”, detalló.
El caso fue reportado en marzo de este año al Sistema Nacional de Vigilancia y Monitoreo de Plagas (SINAVIMO) del SENASA. Según Peralta, la plaga hasta el momento se localiza en campos sobre la ruta que une Córdoba con Montecristo, sin registros en zonas intermedias o más al norte, lo que sugiere un posible traslado antrópico, como maquinaria o transporte de carga.
LEÉ MÁS►Un julio distinto: lluvias inusuales potencian las perspectivas de la campaña triguera
Características del picudo negro: ciclo biológico y comportamiento
El picudo negro de la vaina de soja es un curculiónido originario de Brasil, identificado por primera vez en Argentina en 2006 en Santiago del Estero. Desde entonces, se expandió por gran parte del NOA, incluyendo Tucumán, Salta, Catamarca y sectores del Chaco boliviano.

Según explicó Guillermina Socías, entomóloga de INTA Salta y especialista en el complejo de picudos asociados a la soja, el R. subtilis es un insecto univoltino, con una sola generación por año. Su ciclo comienza con la emergencia de adultos tras las primeras lluvias estivales, momento en que se alimentan, copulan y colocan huevos en el interior de las vainas. Las larvas, protegidas dentro de la vaina, se alimentan directamente de los granos.
“El daño que provoca depende del momento del ciclo del cultivo en que aparece. En etapas vegetativas, puede secar brotes tiernos y afectar el crecimiento. Pero en llenado de grano, el impacto es mucho más grave, con pérdidas que pueden llegar al 100% si no se controla a tiempo”, explicó Socías.
LEÉ MÁS►Fuerte demanda de créditos por parte de productores santafesinos para la compra de fertilizantes
Además del daño directo por consumo del grano, las perforaciones realizadas por los adultos facilitan el ingreso de agua y patógenos, deteriorando la calidad de la semilla. “Cuando ves al picudo en el lote, ya llegaste tarde. Tiene hábitos crepusculares y nocturnos, y se refugia durante el día, lo que complica su detección”, advirtió la investigadora.
INTA activa un operativo de monitoreo y contención en soja cordobesa
Ante esta detección inédita en Córdoba, el INTA activó un plan de acción para frenar el avance del picudo. Eduardo Trumper, coordinador del Programa Nacional de Protección Vegetal del INTA, confirmó que se está desarrollando una red de monitoreo articulada entre las regionales Salta–Jujuy, Tucumán–Santiago del Estero y Córdoba, junto a empresas privadas como Halcón.

“El objetivo es determinar si estamos ante un foco puntual o si ya se encuentra presente en otras áreas. Por eso conformamos un equipo interdisciplinario que ya inició muestreos sistemáticos en lotes vecinos al campo afectado”, señaló Trumper.
En paralelo, el INTA prepara recomendaciones de manejo para productores, alertando sobre la posibilidad de diseminación de la plaga a través de maquinaria contaminada. También se analiza conformar una mesa técnica de sanidad vegetal en Córdoba, con participación de la Secretaría de Agricultura, INTA, universidades y el sector privado, para abordar este y otros problemas fitosanitarios en forma integral.
Estrategias de manejo y control del picudo negro
En el norte del país, donde la plaga ya está instalada, el manejo se basa en estrategias combinadas. Se utilizan curasemillas para proteger las etapas iniciales del cultivo y aplicaciones foliares sucesivas, especialmente en momentos de emergencia de adultos, que se producen en oleadas asociadas a eventos de lluvia.
“Un solo tratamiento no es suficiente, porque los productos actuales no tienen buena residualidad. Es clave hacer un seguimiento cercano y aplicar según la dinámica de la plaga”, señaló Socías.

Por su parte, Peralta subrayó la necesidad de un enfoque articulado: “Tenemos experiencia trabajando en conjunto con instituciones, como hicimos con el achaparramiento del maíz. Ahora se abre una oportunidad para replicar ese modelo con esta nueva amenaza”.
LEÉ MÁS►El híbrido de girasol ideal: cómo acertar con la elección y mejorar los rindes
Coordinación público-privada para enfrentar la plaga en Córdoba
La llegada del picudo negro de la soja a Córdoba representa un desafío sanitario de alto riesgo. Con potencial para provocar pérdidas severas, esta plaga obliga a redoblar esfuerzos en monitoreo, diagnóstico temprano y estrategias de manejo coordinadas entre actores públicos y privados.
El trabajo técnico ya está en marcha, pero los especialistas coinciden: sin un control adecuado y sin una detección temprana, el avance del insecto podría comprometer seriamente los rendimientos de soja en una de las principales provincias productoras del país.