Según el informe de la ORA el fenómeno de La Niña ya está presente en el país y podría intensificar las condiciones de sequía en algunas regiones. La situación de las reservas de agua en las distintas regiones.
El fenómeno de La Niña ya está presente en el país y, según la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), las condiciones son favorables para su continuidad entre diciembre de 2025 y febrero de 2026.
El mencionado fenómeno climático implica un enfriamiento en el océano Pacífico, con efectos directos sobre las precipitaciones y la disponibilidad de agua, lo que afecta especialmente a los cultivos y la agricultura.
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Estado de las reservas hídricas en el suelo
El pronóstico de La Niña anticipa condiciones de sequía en diversas regiones del país. El informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) detalla cómo las reservas de agua en el suelo están distribuidas en varias zonas agrícolas clave, lo que impacta directamente en los cultivos de trigo, maíz y girasol.
En la zona de trigo, los desecamientos predominan debido a la falta de lluvias, con un notable déficit hídrico en partes de La Pampa y Córdoba. Esto podría ser favorable para aquellas áreas que habían sufrido excesos de agua en ciclos anteriores.

Para el maíz, las reservas se encuentran en una situación mixta. Algunas áreas como el norte de la provincia presentan un déficit con zonas de excesos, mientras que el centro sur santafesino se encuentra en condiciones óptimas para el desarrollo del cultivo.
Los productores estarán atentos a las posibles lluvias que se avecinan esta semana, que podrían aliviar los suelos más secos.
Para el girasol, los mapas de reserva hídrica muestran un panorama similar, con algunas áreas afectadas por la falta de humedad en el suelo. El paso de sistemas de precipitaciones podría mejorar la situación en las próximas semanas.
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En cuanto a las praderas, se observa que en el centro sur de Santa Fe predominan áreas con reservas hídricas regulares en algunas zonas y reservas adecuadas en otras, lo que sugiere que estas regiones cuentan con una cantidad de agua suficiente para las actividades ganaderas y agrícolas.
La Niña es conocida por provocar sequías en algunas regiones y excesos hídricos en otras. El impacto en la producción de alimentos dependerá en gran medida de la intensidad del fenómeno y de la capacidad de adaptación de los agricultores.
Aunque los cultivos más resistentes, como el girasol, pueden tolerar ciertas condiciones secas, el maíz y el trigo requieren un manejo más preciso de las reservas hídricas en el suelo.
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Qué se espera en el futuro cercano
El pronóstico para los próximos meses indica que las condiciones se seguirán agravando, con una mayor probabilidad de que el fenómeno de La Niña persista durante el último trimestre de 2025. Las áreas más afectadas serán las del noreste de la Argentina, donde las lluvias se han reducido significativamente.
Los expertos advierten que, aunque la intensidad de La Niña en 2025 es débil, su impacto sobre los suelos podría ser crucial para los cultivos de verano y los cultivos más sensibles a la humedad.
El monitoreo continuo de las reservas hídricas en el suelo será clave para evaluar la capacidad de los agricultores para adaptarse a estas condiciones extremas. En las próximas semanas, se espera una intervención de sistemas de lluvias que podrían modificar el panorama de las reservas.