El fuerte crecimiento del girasol en Argentina, impulsado por retenciones más bajas y una demanda internacional en alza, llevó al país a convertirse en el tercer exportador mundial de aceite. La concentración de ventas en India e Irak abre nuevas oportunidades, pero también expone riesgos estratégicos para el sector.
En los últimos cinco años, la superficie de siembra de girasol experimentó un aumento de 1 millón de hectáreas, pasando de 1,6 millones en 2020/21 a 2,6 millones de hectáreas estimadas para la actual campaña 2025/26. La producción aumentó en 2 millones de toneladas, de 3,2 a 5,2 millones, lo que representa un incremento del 63%. En el mismo período, la producción de soja se mantuvo en un volumen similar, en el rango de 45–50 millones de toneladas, incluyendo la caída en la superficie de siembra proyectada para la nueva cosecha 2025/26.
El crecimiento del girasol en Argentina: cifras y tendencias
Volviendo al girasol, la molienda se proyecta ahora en 4,8 millones de toneladas, un aumento de 1,7 millones respecto de las 3,1 millones molidas en la campaña 2020/21. Este incremento tiene como consecuencia inmediata un fuerte aumento en la producción de aceite, cuyo destino principal es la exportación. El consumo doméstico de aceite de girasol no es suficiente para absorber el nivel de oferta generado por este aumento en la molienda.
En los últimos cinco años, el consumo interno de aceite de girasol aumentó un 10,4 %, pasando de 540 mil toneladas en 2021 a 596 mil toneladas estimadas para 2025. En el mismo período, las exportaciones aumentaron un 77 %, pasando de 679 mil toneladas al récord de 1,2 millones de toneladas estimadas para 2025. Fue el aumento de la demanda de exportación, junto con la mejora en el precio internacional del aceite de girasol, lo que motorizó el incremento en la superficie del cultivo en estos años.
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Esto confirma que la Argentina es un país “export oriented” (orientado a la exportación): al tener un consumo interno limitado y un crecimiento futuro acotado, todo aumento de la oferta de aceite de girasol es absorbido únicamente por la exportación.

Cómo el conflicto del Mar Negro reconfiguró el mercado global
¿Por qué la superficie de girasol aumentó tanto en estos últimos cinco años y la de soja no solo no creció, sino que incluso muestra una fuerte baja en las proyecciones de siembra para la campaña 2025/26? La respuesta es simple: las retenciones.
Actualmente, los derechos de exportación para el aceite de girasol son del 4 %, mientras que los del aceite de soja alcanzan el 24,5 %, luego de haber llegado al 31 % años atrás. Este diferencial fue el principal motivo que permitió al girasol afianzarse como un cultivo más rentable en determinadas zonas del país.
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Argentina logró ubicarse, en muy pocos años, en el tercer puesto como exportador mundial de aceite de girasol gracias al conflicto del Mar Negro entre Rusia y Ucrania, los dos principales exportadores del mundo. La mayor competitividad argentina se debe, principalmente, a que la guerra limitó la capacidad productiva y exportadora de Ucrania, generando un vacío de oferta que Argentina pudo aprovechar para satisfacer parte del crecimiento de la demanda mundial.
La guerra afectó gravemente la producción y exportación de aceite de girasol ucraniano, generando escasez global, precios elevados y oportunidades para otros proveedores como Argentina. Esto provocó una fuerte reactivación de nuestras exportaciones. A pesar de la recuperación proyectada para Ucrania y Rusia en próximas temporadas, Argentina logró abastecer la demanda insatisfecha en el primer semestre de 2025, impulsando aún más sus envíos al exterior.

La nueva posición de Argentina en el ranking exportador
En cuanto al posicionamiento en el ranking, si bien Ucrania continúa siendo el principal productor y exportador mundial, la situación global fortaleció la posición argentina, que alcanzó el tercer lugar detrás de Rusia y Ucrania. Nuestro país ha logrado conquistar mercados como India e Irak, que entre ambos representan el 73 % de nuestras exportaciones totales, y también ha logrado exportar a Colombia, Ecuador, Brasil, Chile, Perú y Estados Unidos.
Un dato clave: se exportaron a India 635 mil toneladas en lo que va de 2025, equivalentes al 59 % del total. El segundo destino es Irak, con 156 mil toneladas (14 %). Entre ambos concentran el 73 % de nuestras exportaciones. Esta concentración implica un alto riesgo: si alguno de estos dos destinos decide reducir compras a Argentina o es abastecido por otros exportadores como Rusia o Ucrania, la consecuencia directa sería un potencial efecto bajista sobre nuestro mercado.
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Sin embargo, hay factores a favor. En primer lugar, Argentina se consolidó como un proveedor confiable para India, sin riesgos de interrupciones por conflictos extraterritoriales. En segundo término, el acuerdo de comercio y cooperación firmado entre ambos gobiernos brinda un marco estable y un “paraguas” para las relaciones bilaterales.
