La primavera comienza con lluvias generalizadas que dificultan la siembra, pero la llegada de una posible «Niña» podría modificar el panorama climático.
La primavera en Argentina arrancó con un patrón de lluvias semanales generalizadas y volúmenes significativos que han generado dificultades para la siembra de cultivos, especialmente en grandes áreas con excesos de agua.
Algunas de estas zonas están en riesgo de quedarse fuera de la siembra gruesa, lo que plantea la pregunta: ¿la probable llegada de una «Niña» reducirá las lluvias sobre la región pampeana en los próximos meses?
Cómo se proyecta el comportamiento del Pacífico
A un mes de la probable aparición de una «Niña», los datos de septiembre actualizados por organismos internacionales confirman los valores proyectados un mes atrás, con algunos pequeños cambios que podrían tener un impacto en el sector agropecuario.
De acuerdo con la NOAA, las anomalías de la temperatura superficial del mar (SST) muestran un enfriamiento leve en el Pacífico, con un valor de -0,4 en septiembre, lo que marca un enfriamiento sostenido. Aunque se esperaba que el valor más bajo llegara a -0,8 en diciembre, ahora se proyecta -0,87 para el mismo mes.
Este enfriamiento gradual confirma la posibilidad de una «Niña» leve y de corta duración, aunque aún hay incertidumbre sobre su impacto definitivo, ya que los efectos del océano con la atmósfera todavía no están completamente acoplados.
La expectativa es que el fenómeno de «Niña» sea de baja intensidad y no altere significativamente las precipitaciones. Además, se proyecta que el regreso a la neutralidad podría acelerarse antes de finalizar enero de 2026.
Menos lluvias, ¿un beneficio o un problema?
Según el consultor de GEA/BCR, Alfredo Elorriaga, no se espera una reducción significativa de las lluvias debido a la probable «Niña». Aunque los valores proyectados son congruentes con el fenómeno, Elorriaga señala que «no será un condicionante significativo».
Las altas temperaturas y la evapotranspiración durante diciembre, junto con la humedad presente en los suelos, hacen que el régimen de lluvias siga siendo firme. A pesar de la probabilidad de una «Niña», los mecanismos locales de convección seguirán desempeñando un papel crucial en la generación de precipitaciones en la región pampeana.
El dipolo del Índico y sus efectos en las lluvias
Una de las preocupaciones adicionales es el dipolo del Índico, un fenómeno que, en su fase negativa, estuvo relacionado con la sequía que afectó a Argentina durante el ciclo 2022/23. Sin embargo, Elorriaga asegura que la fase negativa del dipolo ya está cambiando, lo que eliminaría su potencial impacto negativo sobre las lluvias en la región pampeana.
En este momento, el Índico se encuentra en fase neutral o positiva, lo que no sumará efectos adversos a las precipitaciones.
La influencia del Atlántico en las lluvias de Argentina
El océano Atlántico sigue siendo un factor de gran relevancia para las lluvias en Argentina. Las proyecciones muestran un calentamiento sostenido del Atlántico, lo que podría favorecer el ingreso de humedad a través de frentes fríos y contribuir a la continuación de las lluvias. Este comportamiento ya fue clave durante el invierno, cuando el Atlántico fue una de las principales fuentes de humedad para las precipitaciones récord.

Nueva lluvia a la vista
Para la próxima semana, se esperan nuevas tormentas en la región pampeana. Si bien las lluvias serán de menor volumen y más acotadas que las anteriores, las alertas siguen encendidas, especialmente para el centro oeste y noreste de Buenos Aires, donde los excesos y anegamientos continúan siendo un problema.