La campaña apícola santafesina abre con rendimientos promedio estimados en torno a los 30 kilos por colmena y fuertes contrastes según la zona. Este año, la mayor superficie sembrada con girasol comienza a reflejarse en una miel de tonalidad más oscura que la habitual.
La cosecha de miel avanza en la provincia de Santa Fe con expectativas de rendimientos dentro de los promedios históricos. Así lo indicaron desde la cooperativa COSAR, que agrupa a más de 120 apicultores del centro y norte provincial y que ya realizó los primeros relevamientos sobre el comportamiento de las colmenas en esta temporada.
Según el Departamento de Asistencia Técnica de la entidad, integrado por Alberto Cainelli y Juan Dukart, los primeros datos permiten proyectar una cosecha en torno a los 30 kilos de miel por colmena. Aunque se registran diferencias según la zona —con sectores que podrían alcanzar los 40 o 50 kilos y otros que quedarían entre 10 y 15 kilos—, el promedio provincial se mantendría estable.
Dukart destacó la incidencia de las lluvias de agosto, que permitieron recomponer la oferta floral tras meses de menor humedad, pero advirtió que las actuales olas de calor generan estrés en las colmenas, sobre todo en el norte santafesino.
Santa Fe, un territorio con todos los tipos de miel
Santa Fe concentra alrededor del 12 % de las colmenas del país y exhibe una marcada diversidad productiva. Las mieles claras de pradera y alfalfa caracterizan a la zona centro, mientras que el norte ofrece variedades de monte y una mayor diversidad de flores nativas.
Un dato distintivo de la campaña 2024/25 es la presencia extendida del girasol, cultivo que intensifica la coloración de la miel y oscurece levemente los lotes de la región central.

A lo largo del territorio provincial se elaboran numerosas variedades:
- Mieles multiflorales o de pradera, de color claro, sabor suave y aroma intenso.
- Miel de isla, típica de la zona del Paraná, líquida, suave y no cristalizable, con cualidades antisépticas.
- Miel de girasol, de aroma ligero, sabor afrutado y cristalización rápida.
- Miel de coriandro, dulce, fragante y con alto contenido de minerales y enzimas.
- En los Bajos Submeridionales, mieles muy claras provenientes de tréboles de olor.
- En la Cuña Boscosa, predominan variedades de algarrobo, de tono amarillo intenso y cristalización veloz, y de quebracho, aromática y reconocida por sus propiedades expectorantes.
La combinación de ambientes agrícolas, forestales y ribereños otorga a Santa Fe un catálogo de mieles muy valorado en mercados externos por su sabor, estabilidad y baja tendencia a cristalizar.
Protocolo que garantiza calidad en la miel de Santa Fe
La diversidad productiva se complementa con sistemas de control y trazabilidad consolidados. COSAR trabaja bajo un manual interno de calidad y aplica el Protocolo INTA Nº 11, diseñado luego de la crisis de nitrofuranos que obligó a ordenar la cadena apícola nacional.
El cumplimiento incluye prácticas como el recambio de reinas, manejo sanitario y alimenticio, cosecha con al menos 75 % de operculado y traslado de alzas cubiertas sin abejas. Los técnicos realizan visitas periódicas a campo, auditorías cruzadas y controles en salas de extracción comunitarias aprobadas por SENASA y ASSAL, lo que permite estandarizar procesos y reducir costos para los productores.
La miel se dispone en tambores nuevos, especialmente diseñados para este fin, se analiza por lotes y luego se deriva al centro de acopio de la cooperativa, donde se completa la trazabilidad.

Exportaciones desde Rosario y nuevos esquemas logísticos
COSAR exporta desde 2002 a mercados altamente exigentes como Japón, Estados Unidos y Alemania. Con más de 32 mil colmenas activas y unas 820 toneladas anuales entre miel convencional y orgánica certificada, la cooperativa se posiciona como referencia nacional en calidad e inocuidad.
En agosto, la entidad concretó un paso clave en su operatoria logística: realizó su primer embarque desde el Puerto de Rosario, reduciendo 330 kilómetros respecto al puerto de Buenos Aires. La nueva vía de salida agiliza los tiempos, disminuye riesgos operativos y fortalece el desarrollo de un esquema logístico integrado dentro del territorio santafesino. Esa operación, de cinco contenedores, marcó el cierre del ciclo exportador 2025.
Consumo interno, valor agregado y oportunidades
A pesar del protagonismo exportador, uno de los desafíos sigue siendo el mercado interno. El consumo de miel en Argentina ronda los 200 gramos por habitante al año, muy por debajo de países que superan el kilo. Desde COSAR sostienen que la miel podría ocupar un lugar más relevante como sustituto natural del azúcar, especialmente por sus propiedades nutritivas.
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También señalan un amplio margen de crecimiento en productos derivados como propóleos, polen, cera, material vivo y veneno de abeja, líneas que requieren mayor desarrollo tecnológico y sanitario.
La expansión del consumo, sumada al sostenimiento de estándares de calidad y trazabilidad, aparece como un factor clave para fortalecer la cadena apícola provincial. Dukart subraya que cada frasco de miel vendido implica trabajo local, productores familiares y un entramado cooperativo que sostiene la actividad en toda la provincia.
