La quinta edición de Huellas de Tradición reunió en Coronda a jinetes, familias y amantes del campo en una jornada de doma, danzas y costumbres gauchas. El encuentro reafirma el legado criollo y posiciona a la ciudad santafesina como un faro de la cultura rural argentina.
Coronda vivió el sábado 18 de octubre la quinta edición de Huellas de Tradición, un evento que cada año celebra la cultura criolla con el objetivo de dejar un legado visual a las nuevas generaciones sobre los usos y costumbres que dieron forma a la ruralidad argentina a lo largo de la historia.
El espíritu gaucho que mantiene viva la cultura rural
En una jornada a pleno sol, el Establecimiento El Argentino recibió a decenas de asistentes provenientes de Santa Fe y provincias vecinas. Desde temprano se desarrolló un nutrido programa de actividades, entre las que se destacaron la jura del Concurso Nacional de Domadores Criollos, destrezas como pialadas de vacunos, aparte campero y paleteada, danzas folclóricas, exhibición de carros antiguos y demostraciones de tareas rurales, como el tuse de caballos, la esquila de ovejas con tijeras de tusar y el ordeñe a mano de vacas criollas.
Desde hace varios años, el titular del establecimiento, Osvaldo Raimondi, junto a un grupo de amigos que comparten el amor por la tradición, desarrolla actividades con la finalidad de mantener viva la cultura gaucha. La más reciente había sido, en junio, una Cabalgata Patriótica que recorrió los alrededores de Coronda, donde Belgrano se estableció para reclutar soldados en su viaje hacia el Paraguay durante la gesta de la Independencia.
En sus primeras convocatorias, el evento se centró en las yerras a rodeo, en las que el trabajo de castrar, marcar y señalar los terneros se realiza a campo abierto y con el lazo como herramienta principal. De allí nació la idea de realizar otro encuentro, cercano al Día de la Tradición (10 de noviembre), para mostrar no solo el trabajo rural, sino también las vestimentas gauchas y los aperos característicos de distintas épocas y regiones del país.
El caballo, emblema del trabajo y la identidad nacional
Con el caballo como actor principal —figura central en la conformación nacional y compañero inseparable del gaucho— surgió el Campeonato Nacional de Domadores de Caballos Criollos, conectando ambas fechas del calendario. En marzo, los participantes del concurso asisten a la yerra y se llevan un potro, que durante meses deben amansar y educar para el trabajo de campo. El proceso concluye con la presentación ante un jurado de especialistas, quienes determinan al ganador según su desempeño en distintas pruebas.

En esta quinta edición de Huellas de Tradición, el certamen de domadores lo ganó por Jonathan Gaido con el caballo al que bautizó Chikle. Oriundo de Colonia Vignaud (Córdoba), el domador contó a AIRE Agro que su técnica de amanse combinó “una mezcla de doma racional con campera”, asesorado por un especialista uruguayo.
Paciencia, respeto y vínculo: los secretos del buen domador
“Secretos no hay, sino paciencia. Mucho ojo en lo que se le pide al caballo, saber aflojar en los momentos justos. Hay que darle sus tiempos y su cuidado, para que ellos te den lo máximo”, comentó.
Luego de ser evaluado por los jurados, Gaido consideró que se valoró especialmente “la prolijidad de Chikle, la tranquilidad cuando debía estar tranquilo y la predisposición para trabajar cuando se lo pedía. Eso hace a un caballo más completo”. También reconoció que “en los andares —paso, trote y galope— quizás ahí saqué un poco de ventaja”.

Con el premio en mano, el domador manifestó una emoción ambigua: “Muy contento por el galardón, pero muy triste porque él se queda acá y ya no lo vamos a ver, más que en fotos”.
Emoción y legado familiar en una fiesta gaucha
La jornada dejó varias escenas conmovedoras. Walter “El Yacaré” Ledesma, domador correntino radicado en la localidad cordobesa de Monte Leña, ofreció un emotivo espectáculo al bailar una zamba con su hija, de a caballo y unidos por la Bandera Argentina. El llanto de Mariela, su esposa, no fue solo por la belleza del momento, sino por la despedida que se avecinaba.

“Le pusimos de nombre Capibara, y lloro porque es parte de nuestra familia. Lo llevamos en marzo y hoy lo tenemos que dejar. Por eso estas lágrimas: es un compañero nuestro”, dijo antes de despedirse.
Esta edición también será recordada por la participación de Milena Castellano, de Federación (Entre Ríos), la primera mujer en competir en el certamen. Con solo 17 años, participó junto a su padre Darío, cada uno con un overo rosado, lo que generó el reconocimiento entre los presentes.

Música, asado y tradiciones compartidas hasta el anochecer
Entre música folclórica y asado, las actividades se extendieron hasta entrada la noche. Los conjuntos de danza alternaron con pialadas, apartes camperos, demostraciones de esquila a tijera y ordeñe manual, que incluso permitió a niños —y algunos adultos— probar la leche recién ordeñada al pie de la vaca.
«Ha sido una de las fiestas más nutridas, con la mayor cantidad de actividades durante el día», resumió Raimondi una vez concluída la 5° edición del evento. En tal sentido destacó la paleteada, que se realizó por primera vez. «Era algo que no se había visto nunca y gustó muchísimo, porque son cosas nuestras que se dejan de ver de esta manera: desde un corral de palo pique, campo afuera; ahora se ven de otra manera».
Sobre el certamen de amanse, valoró que «fue un nivel altísimo el de los domadores; todos presentaron caballos muy bien domados, del primero al último». A modo de conclusión, agregó: «fue muy positiva la fiesta, la gente se ha ido muy conforme, gracias a Dios».
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Más allá del espectáculo y la camaradería, Huellas de Tradición se consolida como una celebración que rescata los valores de la vida rural, el respeto por los animales, el trabajo compartido y la identidad gaucha. Cada edición reafirma la importancia de preservar las costumbres que forjaron la Argentina profunda, esas que se transmiten entre generaciones y siguen vivas en cada pialada, en cada mate compartido y en cada paso de zamba.
Coronda, reconocida en el país como la Capital de la Frutilla, también se consolida en el mapa de la cultura criolla argentina. No solo por su presente, sino también por su legado: fue aquí donde nació Segundo Ramírez, el paisano que inspiró a Ricardo Güiraldes para crear a Don Segundo Sombra, emblema inmortal del espíritu gaucho. Con Huellas de Tradición, esa herencia se mantiene viva.