La eliminación de las retenciones a la carne ha generado un debate profundo en el sector productivo argentino. Mientras algunos defienden la medida como una oportunidad para equilibrar las condiciones del mercado y reducir la carga tributaria, otros advierten sobre los efectos negativos en el mercado interno y en el bolsillo de los consumidores.
La reciente medida del gobierno de eliminar las retenciones a la exportación de carne avícola y bovina generó opiniones encontradas dentro del sector productivo. Mientras algunos actores consideran que es una decisión positiva, otros advierten sobre sus posibles efectos negativos en el mercado interno.
CICCRA advierte por aumentos previos a los estacionales
Por un lado, Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA), señaló que la caída de las retenciones tendrá un impacto directo sobre el valor de la carne en el mercado interno: «Ya venía una ecuación complicada para los feedlots, y ahora, con el aumento de los precios de los cereales y oleaginosas, seguramente también se verá afectado el sector», indicó.
El dirigente advirtió que este ajuste anticipará el aumento estacional de la carne que suele producirse en noviembre y diciembre: «Habrá una caída en la oferta de carne, lo que impactará directamente en el consumo», expresó y agregó: «Afortunadamente, el pollo y cerdo, que también van a tener aumentos, van a ser menos si hoy con un kilo de carne vacuna comprás tres kilos de pollo o comprás dos kilos y medio de cerdo».
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Un alivio para los feedlots, pero no sin desafíos
Por otro lado, Juan Eiras, referente de la Cámara Argentina del Feedlot, defendió la medida y la consideró «justa», ya que asegura que iguala las condiciones para todos los actores del sector.
Según Eiras, la eliminación de las retenciones equilibra la carga tributaria entre los productores de carne y los productores de granos, quienes también se ven beneficiados por la medida. «La exportación es solo una parte de la producción. El resto va al consumo interno, tanto de los pollos como de los feedlots», expresó.
Sin embargo, Eiras reconoció que el impacto de la medida sobre la faena no será inmediato ni significativo: «El 5% de retenciones que se les quitó al novillo y la vaquillona pesada no será suficiente para generar grandes cambios en la producción, pero sí iguala las condiciones de competitividad», analizó. A su juicio, la decisión del gobierno de bajar las retenciones, sin subir impuestos, es un paso acertado para enfrentar la crisis económica del país.
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Preocupación en los productores avícolas por el traslado de costos
Mientras tanto, Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), expresó su conformidad con la medida, aunque con algunas reservas. «Es una medida saludable, ya que ayuda a mejorar las reservas del país y beneficia a los exportadores. Sin embargo, el problema está en la incertidumbre sobre cuánto tiempo durará esta situación», afirmó Prida.
El líder avícola también alertó sobre el posible traslado de los costos de producción al consumidor final. Según su análisis, los productos que dependen del maíz y la soja, como la carne vacuna, el huevo y la leche, podrían experimentar incrementos en sus precios. «El traslado de estos costos podría significar un aumento de entre un 6% y 7% en el precio del huevo, y eso podría repercutir en la capacidad de compra del consumidor», agregó.
