El dólar sube y la carne de cerdo se vuelve más competitiva para exportar, pero los costos de producción se disparan. El análisis semanal de Juan Ucelli también repasa cómo impacta el tipo de cambio en los precios del vacuno y el pollo en la semana 38 del año.
La reciente suba del dólar sigue marcando el pulso de la economía argentina, la producción de carne no es ajena. En el caso específico del sector porcino, el aumento de la moneda estadounidense tiene efectos contrapuestos: mientras que incrementa la competitividad de la carne de cerdo para la exportación, también eleva los costos de producción, presionando los márgenes de los productores. Según el consultor Juan Luis Ucelli, esta situación abre oportunidades, pero también plantea desafíos para el sector.
En declaraciones a AIRE Agro, Ucelli explicó: «El precio del cerdo subió apenas unos centavos en pesos, pero bajó en dólares. Se hizo más competitivo». Esto, a su juicio, favorece las exportaciones.
Sin embargo, la suba del dólar también ha generado un aumento en los costos de producción, que están dolarizados en su mayoría. “Obviamente que los costos de producción, que están dolarizados, en su gran mayoría subieron y el margen se achicó”, indicó Ucelli, poniendo en evidencia el dilema que enfrentan los productores: precios más competitivos para el mercado internacional, pero márgenes más ajustados a nivel local.
Carne vacuna: estabilidad en los precios
En su análisis semanal del mercado de proteínas animales, Ucelli subrayó que el precio de la carne vacuna se mantuvo firme durante la semana 38 de 2025, cotizando la media res en $6.250, un 25% más que el año anterior.
Aunque no hubo grandes cambios en su precio en pesos, el valor en dólares sí mostró una ligera caída del 5,1%, alcanzando los 2,08 USD por kilo. Esta estabilización es positiva para los productores, aunque la competitividad internacional no ha aumentado tanto como en el caso del cerdo.
Ucelli subrayó que el vacuno sigue siendo una de las carnes más caras, lo que lo posiciona en un lugar complicado frente a otras proteínas más accesibles.

Mercado porcino: precios competitivos pero con márgenes ajustados
El precio de la carne de cerdo experimentó una leve subida de 2% respecto a la semana anterior, alcanzando los $2.750 por kilo. No obstante, al analizarlo en términos de dólares, el precio del cerdo cayó un 20,1%, cotizando a 1,17 USD por kilo.
Esta caída en dólares mejora la competitividad de la carne porcina en los mercados internacionales, lo que abre una ventana para exportaciones. A nivel local, Ucelli destacó que la carne de cerdo se sigue vendiendo porque está barata, pero el consumo sigue siendo limitado. «No es que se venda menos, sino que cuesta vender», señaló el consultor, explicando que los precios de la carne porcina siguen bajos, pero la demanda interna no despega.
Pollo: recuperación moderada en un mercado estancado
En cuanto al pollo eviscerado, los precios permanecieron estables con una cotización de $2.149 por kilo. A pesar de la recuperación moderada en los últimos días, el pollo sigue siendo una opción económica para los consumidores.

Ucelli comentó que la estabilidad del precio aviar refleja un mercado que, aunque no presenta grandes variaciones, sigue siendo sensible a los cambios en los costos de producción y al comportamiento del consumo. Al igual que el cerdo, el pollo también se ha visto beneficiado por su bajo costo, pero el estancamiento del consumo local limita su crecimiento.
Hacienda en pie: impacto del dólar en la competitividad
El análisis de la hacienda en pie durante la semana 38 mostró que, en pesos, el precio del vacuno en pie sufrió una pequeña baja, cotizando a $3.090, mientras que la hacienda porcina en pie experimentó un leve aumento.
Sin embargo, en dólares ambas categorías vieron una caída significativa. El vacuno en pie sufrió una baja del 8,9% en su cotización en dólares, mientras que el cerdo en pie cayó un 20,1%, lo que refleja la presión que ejerce el tipo de cambio sobre los precios.
Ucelli destacó que, a pesar de estas bajas en dólares, «el cerdo sigue siendo competitivo», lo que abre la puerta a una posible mayor exportación, aunque a costa de márgenes de ganancia más reducidos.
