Las lluvias récord en la región núcleo generaron condiciones ideales para la proliferación de enfermedades en trigo. Los productores deberán reforzar el monitoreo y las aplicaciones sanitarias para evitar pérdidas de rendimiento en la campaña 2025.
Las intensas lluvias registradas en la región núcleo en las últimas 48 horas sorprendieron por su magnitud y encendieron luces de alerta en el sector productivo. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), los acumulados superaron ampliamente los promedios históricos, consolidando un invierno inusualmente húmedo que plantea un escenario de doble filo para los cultivos.
En el noroeste bonaerense, localidades como Baradero, Chacabuco y Pergamino midieron entre 126 y 156 milímetros, con picos de más de 80 milímetros en apenas 24 horas. Rosario también resultó afectada, con un registro de 102 milímetros, de los cuales 76 cayeron en un solo día.
La entidad bursátil destacó que julio ya había marcado récords de precipitaciones y que agosto mantiene la misma tendencia.
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Enfermedades en cultivos: la amenaza sanitaria que crece
El primer impacto inmediato, señalan los especialistas de la Guía Estratégica para el Agro (GEA), es sanitario. El exceso de humedad genera condiciones óptimas para la proliferación de enfermedades en los cultivos de trigo, que hasta ahora se encontraban en muy buen estado.

En consecuencia, se espera que en las próximas semanas los productores deban intensificar las aplicaciones para evitar pérdidas de rendimiento. La recomendación técnica es reforzar el monitoreo y planificar tratamientos preventivos a tiempo.
Pero los riesgos no se limitan al plano sanitario. En el noreste bonaerense, donde los acumulados anuales ya alcanzan entre 1.000 y 1.100 milímetros, el exceso hídrico amenaza con pérdidas totales en lotes bajos y complica la transitabilidad de los caminos rurales, dificultando las labores logísticas. La zona, que en enero había sido epicentro de la sequía más severa del país, enfrenta ahora un escenario opuesto de excesos.
El fenómeno también se extendió a Santa Fe, Entre Ríos, el este de Córdoba y sectores de Chaco, configurando un invierno atípico por la abundancia de agua. “Estamos asombrados por la magnitud de los acumulados”, señaló Cristian Russo, jefe de GEA, quien advirtió que el clima impone un desafío doble: capitalizar el potencial de altos rendimientos y, al mismo tiempo, gestionar los riesgos sanitarios y logísticos que trae aparejada tanta humedad.
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Exceso hídrico en el noreste bonaerense: lotes y caminos en riesgo
En el corto plazo, los pronósticos indican que un frente frío podría generar nuevas lluvias en el centro y sur de Buenos Aires. Frente a ello, los técnicos subrayan la necesidad de al menos una semana de estabilidad climática para que los suelos drenen y se eviten daños por anegamiento en las raíces.
De cara a la campaña 2025/26, la abundancia de agua asegura reservas óptimas tanto para los trigos como para la siembra de granos gruesos. Sin embargo, la incertidumbre persiste: la misma humedad que eleva las expectativas de rendimiento también obliga a extremar cuidados en sanidad y logística, factores que serán decisivos para transformar el potencial en resultados concretos.