Un tambero de la Cuenca Oeste bonaerense tuvo que derramar parte de su producción tras quedar atascado un camión cisterna en un camino rural. Productores denuncian pérdidas millonarias y apuntan a la falta de obras hídricas en Bolívar y distritos vecinos.
Un productor tambero del partido de Bolívar, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, se vio obligado a tirar parte de su producción de leche cruda debido al mal estado de los caminos rurales.
El episodio, registrado en video y compartido en redes sociales por la dirigente agropecuaria Andrea Passerini, se convirtió en una imagen elocuente del impacto que tienen las lluvias persistentes, la falta de obras hidráulicas y el deterioro de la infraestructura vial sobre la actividad agropecuaria en la región.
La postal del derrame: una imagen que expone la crisis rural
El hecho lo sufrió Francisco «Pachy» Tamborenea, productor lechero y referente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba). Según relató a AIRE Agro, uno de los camiones que debía retirar la leche se empantanó y para poder destrabarlo, el transportista tuvo que vaciar uno de los compartimentos del vehículo, lo que implicó el derrame de aproximadamente 2.700 litros de leche. La carga total era de unos 6.000 litros.
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Así tenían que derramar la leche hoy en el tambo de @01Tamborenea en Bolívar, PBA. Porque se abre la tierra, literalmente, al pasar el camión.
— Andrea Passerini (@AnPasserini) August 3, 2025
Huelgan las palabras.#FederalismoRoto#RuralidadAbandonada pic.twitter.com/TO64cvsjEs
“Ver tirar leche es un impacto fuerte. Para nosotros, los tamberos, es un alimento sagrado”, expresó Tamborenea, quien describió la situación como el resultado de una combinación entre fenómenos climáticos extremos y falta de mantenimiento de las obras hídricas.
Lluvias récord y caminos intransitables: el combo que paraliza la actividad
En su zona, según explicó, cayeron casi 1.000 milímetros de lluvia desde febrero, 200 de ellos solo en el último mes. “Esto es naturaleza pura, de verdad se abre la tierra, cuando vas pasando se abre la tierra”, agregó.
El establecimiento de Tamborenea cuenta con 200 vacas en ordeñe y una producción diaria de unos 4.000 litros de leche. Sin embargo, los problemas de acceso por caminos intransitables y la imposibilidad de realizar tareas básicas dentro del campo están afectando la productividad.
La situación no es aislada. Andrea Passerini, también productora en Carlos Casares, advirtió que varios distritos de la Cuenca Oeste –como Carlos Casares, 9 de Julio, Bolívar y parte de Pehuajó– se encuentran “bajo el agua”. Según explicó, desde marzo se venía alertando a las autoridades sobre el riesgo de un colapso vial si no se hacían tareas mínimas de mantenimiento y refuerzo. “En ese momento todavía los días eran largos y había margen para trabajar. Hoy nos tapó el agua”, señaló.

La dirigente subrayó que el exceso hídrico no solo afecta la circulación de los camiones cisterna, sino también el acceso de los animales al tambo, el uso de maquinaria y la logística diaria en los campos. “Las napas directamente ebullen para la superficie”, graficó. Y remarcó que los tambos de la región están produciendo mucho menos: “Esto es un ‘solo por hoy’, pero todos los días hay alguna complicación”.
“Se rompe la tierra y se rompe la gente”: el impacto emocional en el campo
El daño económico es significativo. Solo en Bolívar, según estimaciones de Tamborenea, el cierre inminente de varios tambos –uno de ellos con mil vacas en ordeñe– podría implicar una pérdida de 600 millones de pesos mensuales en circulación local. Si a eso se suma la caída del 20% promedio en la producción de los establecimientos que siguen operativos, la cifra ascendería a unos mil millones de pesos por mes.
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“Acá se rompen los caminos, los tractores y también la mente de la gente”, lamentó el productor, en referencia al desgaste emocional y físico que atraviesan los trabajadores rurales. También criticó la falta de respuestas de los gobiernos locales, provinciales y nacionales: “La desidia política es total, no me importa de qué partido”.
Uno de los puntos recurrentes en los reclamos es la falta de mantenimiento de canales y drenajes construidos en años anteriores. Tamborenea mencionó un canal realizado en 2012 que nunca fue limpiado ni desmalezado desde entonces. “Nunca más lo tocaron”, dijo.