En una fuerte carta, el director nacional del INTA se refirió al decreto impulsado por el Gobierno, que redefine el funcionamiento del organismo. «No lo elimina formalmente, pero lo modifica en su esencia», advirtió.
El director nacional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Ariel Pereda, expresó su firme rechazo ante el reciente decreto presidencial que redefine el funcionamiento del organismo. Según el director, la reforma propuesta no responde a un proceso de «modernización» genuino, sino a una transformación autoritaria que pone en riesgo la autonomía del INTA y su capacidad de seguir desempeñando su rol fundamental en el desarrollo agropecuario del país.
«El reciente decreto presidencial que redefine el INTA no lo elimina formalmente,
pero lo modifica en su esencia. Lo que se propone no es una reforma, sino una transformación
forzada, autoritaria y extremadamente injusta», escribió Pereda.
El director del organismo sostuvo que «lo que se está desmantelando no es solo un organismo técnico. Es una institución pública federal, con prestigio internacional, profundamente meritocrática, con una rica historia de logros y una legitimidad construida desde la participación territorial. Lo que está en riesgo no es una estructura administrativa, es una red viva que conecta ciencia, producción, tecnología y comunidades en todo el país».

La reforma también ha sido criticada por eliminar cerca de 300 agencias de extensión rural, fundamentales para el trabajo directo con productores y comunidades locales. Según el director, esta medida reducirá significativamente la capacidad del INTA para promover el desarrollo rural en todo el país, especialmente en las economías regionales y los productores familiares.
El director del INTA también denunció que el proceso de reforma se ha llevado a cabo sin un diálogo constructivo entre las partes, a pesar de los esfuerzos realizados por la institución para generar espacios de conversación y presentar propuestas alternativas. Además, Pereda cuestionó los argumentos presentados por el gobierno, que se basan en cifras incorrectas sobre el tamaño y el funcionamiento del INTA. Según el director, estas afirmaciones no solo son erróneas, sino que también son profundamente ofensivas para miles de técnicos, extensionistas e investigadores que han dedicado su trabajo a hacer del INTA una institución de referencia.
La defensa de una institución clave para el agro argentino
En su carta, Pereda subrayó que el INTA no necesita ser «modernizado» de la manera en que lo propone el gobierno. Lo que está en juego, según el director, es la defensa de una institución pública, federal y democrática que ha trabajado durante más de 70 años en la generación de conocimientos y tecnologías para un sector agroindustrial más justo, diverso y sustentable.
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El INTA, según Pereda, no debe ser transformado en una institución centralizada, sin representación territorial y enfocada únicamente en la rentabilidad inmediata. La reforma, tal como está planteada, amenaza con desmantelar una red vital para el futuro del campo argentino, argumentó.
En su cierre, Pereda insistió en que «modernizar» el INTA no puede significar arrasar con lo construido a lo largo de tantas décadas de trabajo.