El 2 de julio se conmemoró el Día de la Avicultura Argentina, una actividad clave para las economías regionales. En la provincia, empresarios destacan el buen momento del consumo, aunque advierten por el ingreso ilegal de productos y las trabas para acceder a financiamiento.
La empresas productoras de pollos y huevo de Santa Fe celebraron este 2 de julio el Día de la Avicultura en un contexto de estabilidad pero con algunas preocupaciones compartidas por el sector a nivel nacional, como la falta de financiamiento para invertir en infraestructura y la amenaza del contrabando desde países limítrofes.
Consumo firme y precios competitivos, pero sin crédito suficiente
Con nueve empresas productoras de pollo y otros tantos frigoríficos dedicados al procesamiento, en la provincia se producen 3.380.000 pollos parrilleros por mes —el 5% de la producción argentina—, además de 2.150.000 huevos fértiles y 15.550.000 huevos destinados al consumo. Sin embargo, aunque la actividad atraviesa un momento de estabilidad, los referentes del sector advierten sobre desafíos estructurales que condicionan su desarrollo.
En diálogo con AIRE Agro, el presidente de la Cámara Avícola Santafesina, Alejandro Coianiz, destacó que el sector provincial vive “un momento muy equilibrado entre oferta y demanda” y aseguró que “en general, estamos relativamente tranquilos todos y a la expectativa de meterle mayores inversiones”.
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La demanda interna de carne aviar se mantiene sólida y, según el empresario, “el público, por suerte, sigue respondiendo, con el consumo muy afirmado”. Coianiz remarcó que los precios permiten ofrecer el kilo de pollo en un rango accesible de $3.500 a $4.000, e incluso con la posibilidad de lanzar promociones más económicas.
Pese a ese escenario alentador, el dirigente subrayó que el gran obstáculo sigue siendo el acceso al financiamiento para inversiones productivas. “Estamos invirtiendo poco, porque lo tenemos que hacer solos o con financiación muy chica, estamos a la espera de volúmenes más grandes”, explicó. Y agregó: “Hay en proyecto muchas inversiones futuras, mejoras que tenemos pensadas y que nos mejorarían los números de producción, pero todavía falta el crédito real grande, que no aparece”.
Contrabando en el norte santafesino: una amenaza creciente
Otra preocupación creciente para los productores santafesinos es el contrabando, particularmente en el norte provincial. “Está entrando desde Paraguay y Brasil; cada vez se escuchan más quejas con respecto a pollo y huevo, que está entrando desde esos lugares”, alertó el empresario.

En relación con las importaciones de carne aviar desde Brasil, que se habían frenado por el brote de gripe aviar en ese país, el titular de la Cámara Avícola Santafesina indicó que, si bien su costo puede ser menor, “no sé si se justifica que ingrese o que la gente tome un pollo que no le gusta tanto. Viene un poco más congelado, es distinto y la gente prefiere el nuestro, salvo que haya una gran diferencia de precios; ahí sí comienza a ser una amenaza y una preocupación para el sector”.
Según cifras de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), Argentina cuenta con más de 58 millones de gallinas ponedoras y faena alrededor de 900 millones de pollos por año. Se producen 17.500 millones de huevos para el mercado interno y la exportación a más de 65 destinos, y la actividad genera 90.000 empleos directos e indirectos en 18 provincias. La facturación anual del sector supera los 7.000 millones de dólares, con exportaciones que alcanzan los 450 millones.
Además, el país se ubica como el segundo mayor consumidor mundial de huevos, con 363 unidades per cápita al año, y es el octavo productor global de carne de pollo.
Qué reclama el sector: presión impositiva, importaciones y necesidad de vacunas
Desde CAPIA, su presidente Juan Kutulas destacó que “el sector celebra una Argentina más desregulada, con menos burocracia, más libertad y una economía que comienza a florecer, lo que permite planificar el futuro”. No obstante, subrayó que es clave “acelerar los avances en el acceso al crédito para modernizar galpones y mejorar la eficiencia, destacando que los primeros pasos dados no son suficientes para la gran escala que se precisa”.

El dirigente también expresó preocupación por la carga impositiva —el huevo es la única proteína animal gravada con el 21% de IVA—, el incremento de importaciones y el contrabando en zonas de frontera, que, según advirtió, “genera problemas sociales para pequeños productores, distorsión de precios y pone en peligro el estatus sanitario, afectando exportaciones por 450 millones de dólares”.
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Además, insistió en la necesidad de contar con una estrategia nacional de vacunación contra la influenza aviar, especialmente para proteger a las aves de ciclos largos sin poner en riesgo los mercados internacionales.
En cuanto a sustentabilidad, el sector avícola argentino se posiciona como un modelo global. Junto al INTI, CAPIA ha demostrado que tanto el huevo como el pollo argentino poseen la menor huella hídrica y de carbono entre todas las proteínas animales, lo que ha llevado al INTI a convertirse en certificador EPD (Declaración Ambiental de Producto) a nivel internacional.