Macowens, por ejemplo, ofrece en su sitio web camisas viyela, sweaters y chalecos desde $29.900, remeras a $19.900 y camperas por $45.900. Equus, especializada en indumentaria masculina, amplió sus rebajas y ahora comercializa camperas Lyon a $106.244 y modelos inflables Siena a $77.241.
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Zara, en el marco de su 50° aniversario, también se sumó a la ofensiva con sudaderas a $29.999 (-49%), camisetas desde $15.999 (-30%) y prendas de su línea Bright Ros con un 26% de descuento.
Estas estrategias buscan frenar el avance de los marketplace internacionales como Shein, Tiendamía y Amazon, cuya penetración en el mercado argentino no deja de crecer. Según la Fundación ProTejer, las importaciones de ropa y textiles del hogar crecieron entre enero y marzo un 86% y 109% interanual en volumen, respectivamente, marcando un récord histórico.
En ese contexto, los básicos como camisetas, jeans y vestidos casuales siguen siendo los más elegidos por los consumidores locales, que valoran la combinación de precio, diseño y financiación.
Argentina aún conserva una sólida presencia de marcas nacionales como Kosiuko, Rapsodia, Markova, Sweet y Yagmour, así como etiquetas independientes y de autor como Kostüme, Pólvora y Adrián Brown. También cobran fuerza las propuestas inclusivas como Noctámbula y Limay Denim, orientadas a todos los cuerpos y talles.
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Sin embargo, muchas firmas internacionales han dejado el país o reducido su presencia en los últimos años. Entre las más notorias se encuentran Kenzo, Calvin Klein, Louis Vuitton, Ralph Lauren y Emporio Armani. También desaparecieron del mapa local algunas deportivas como Billabong, Quiksilver y Volcom, tras la salida del grupo Liberated Brands.