La medida regirá hasta fines de marzo de 2026 e incluye condiciones para acceder al beneficio. Especialistas anticipan recortes en los valores de comercialización de otros cultivos a partir de julio.
A través del Decreto 439 publicado este viernes, el Gobierno Nacional prorrogó hasta el 31 de marzo de 2026 la reducción del Derecho de Exportación (DEX) o «retenciones» para el trigo y la cebada, fijado en el 9,5%. La medida llega pocos días antes de que expire el beneficio temporal dispuesto en enero por el Decreto 38, que vencía el próximo 30 de junio.
Sin embargo, la decisión de no extender esta baja al resto de los cultivos generó preocupación y descontento en el sector agropecuario, donde se descuenta que a partir del 1° de julio regresarán las alícuotas previas a la rebaja.
Así, para los productos no incluidos en el nuevo decreto —como soja, maíz, sorgo y girasol— el mercado prevé un inmediato ajuste en el valor de la mercadería. En concreto, se espera que las retenciones vuelvan al 33% para la soja (hoy en 26%), al 12% para maíz y sorgo (actualmente 9,5%) y al 7% para el girasol (hoy 5,5%).
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Especialistas del mercado ya anticipan que esta suba impositiva impactará negativamente en los precios pagados al productor.
Según Mariela Brandolin, consultora en mercados de granos, “la soja podría ajustarse entre 20 y 25 dólares por tonelada, aunque en la práctica no creo que baje todo eso, ya que el exportador debería resignar parte del margen para seguir comprando”.
Coincidió la especialista Lorena D’Angelo, quien estimó una baja de 25 dólares en soja, 5 dólares en maíz y 8 dólares en girasol, aunque aclara que en el caso de la soja la corrección podría ser menor por tratarse de un mercado con valores ya por debajo de la paridad.

Desde el sector comercial, Javier Buján, presidente de Kimei Cereales S.A., consideró que el mercado ya comenzó a anticipar este escenario: “No es una sorpresa. Había alguna esperanza, pero se trabaja con esto. Parte ya está tomado por el mercado con las bajas que sufrimos”. Según su análisis, la caída en soja rondaría los 7 a 8 dólares por tonelada, mientras que en maíz la baja sería de unos 5 dólares, y en girasol, a su criterio, “no habrá cambios”.
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Además de la prórroga impositiva, el nuevo decreto introduce una cláusula que obliga a los exportadores de trigo y cebada a liquidar al menos el 90% de las divisas generadas en un plazo máximo de 30 días hábiles tras la declaración jurada de venta al exterior (DJVE). En caso de incumplimiento, se aplicarán las alícuotas plenas previas a la rebaja dispuesta en enero.
Con esta decisión, el Gobierno busca sostener el flujo exportador de dos de los principales cereales de invierno, mientras que el resto del complejo granario deberá enfrentar una nueva carga impositiva a partir del martes.
La medida fue recibida con alivio en los sectores productores de trigo y cebada, pero dejó un sabor amargo en el resto del agro, donde se esperaba una extensión generalizada del beneficio.