Este resultado se dio a pesar de que los precios internacionales ayudaron: los valores de las exportaciones cayeron (-1,5% anual) menos que de los de las importaciones (-7,0%). De no haber caído los precios de las importaciones más que los de las exportaciones, el superávit comercial hubiera sido aún más bajo, señala la consultora Abeceb.
En tanto, en los primeros cinco meses de 2025 el superávit es de tan sólo U$S 1,883 millones contra U$S 8.862 millones en enero-mayo de 2024, es decir, casi un 80% menos. Las exportaciones alcanzaron US$ 32.456 millones, una suba de 2,6% y las importaciones totalizaron US$ 30.584 millones, marcando un crecimiento del de 34,3%.
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«Esto se da en un contexto de exportaciones sufriendo efectos adversos por sector, así como menores precios internacionales; en combinación con un fuerte dinamismo importador traccionado por la normalización del comercio, la mayor apertura económica, la apreciación cambiaria y sobre todo el repunte de la actividad económica”, agrega Abeceb.
Y señala: “Todo apunta a una mayor reducción del superávit comercial esperado para 2025 del que proyectábamos tiempo atrás. Así, nuestras nuevas proyecciones apuntan a un superávit comercial de U$S 6.300 millones aproximadamente para este año, un tercio de lo registrado el año pasado, cuando llegó a U$S 18.928 millones».
Por su parte, la Consultora ACM señala que “hacia adelante, estimamos que las importaciones podrían expandirse entre US$ 13.000 y US$ 16.000 millones durante 2025 en comparación al resultado del año anterior, en línea con la recuperación de la actividad económica y su elasticidad histórica frente al producto. En paralelo, se espera una mejora en los volúmenes exportados del agro, así como un saldo energético todavía favorable, aunque condicionado por la evolución de los precios internacionales. Bajo este escenario, el comercio exterior seguiría creciendo en términos brutos, pero con un superávit comercial que tendería a moderarse respecto a los niveles de 2024”.
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De estos números se desprende que la propia actividad económica interna no está generando las divisas para afrontar la carga de deuda, intereses, fletes, seguros y viajes y turismo al exterior, que cada vez más se cubren con endeudamiento público y privado.
En tanto, el salto importador va más allá de una normalización de la actividad si no actúa como un instrumento oficial para reducir la inflación mayorista, al precio de afectar la producción interna y también los niveles de empleo con el incremento del desempleo (7,9% primer trimestre de 2025, equivalente a 1,8 millón de desocupados) y de la informalidad laboral ( 42%).
Varios factores explican el magro resultado de mayo:
- A nivel sectorial, el sector automotriz registró un déficit significativo en mayo de U$S 844 millones, ya que las importaciones totalizaron U$S 1.613 millones y crecieron un 67,4% interanual, mientras que las exportaciones aumentaron un 8,5% y alcanzaron U$S 769 millones.
- El sector energético marcó un superávit de U$S 237 millones, contra U$S 372 millones en mayo del año pasado.
- Con Brasil, el déficit bilateral alcanzó los U$S 611 millones, que se explica por una suba en las importaciones de 56,3% anual y un incremento en las exportaciones de 3,1% anual.