La actividad ovina en Entre Ríos: una tradición con potencial sin explotar
Técnicos e investigadores de organismos públicos como facultades e INTA, así como asociaciones de productores y cooperativas coinciden en que la actividad encuentra en los ambientes entrerrianos condiciones propicias para su desarrollo y crecimiento. Entonces, la pregunta que surge es ¿por qué no crece el consumo ni a nivel doméstico ni en restaurantes?
“La principal característica de nuestros establecimientos ovinos es que son mixtos con bovinos en su gran mayoría y el 90%, tienen de menos de 100 ovejas”, dijo a AIRE Agro, Mariano Ferreira investigador especializado de INTA, encargado del Módulo Ovino de la Estación Experimental del INTA Paraná.
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En referencia a qué alcance tiene la carne que producen, Ferreira indicó que en la mayoría de los casos, “son establecimientos que abastecen las ciudades más cercana. Los grandes productores están en los departamentos del norte entrerriano”.
Clima y territorio: por qué Entre Ríos es ideal para la producción ovina
En Entre Ríos y según cifras oficiales de Senasa a Marzo de 2025, el stock total aproximado es de unas 666 mil cabezas, con más de 12 mil productores. La distribución territorial del rodeo se concentra principalmente en los departamentos ubicados en el centro norte de la provincia, Federal, Feliciano, La Paz, Federación y Villaguay donde se concentra la mayor cantidad de ovino.
“La raza predominante productora de carne es la Hampshire Down (cara negra), le sigue la texel, Dorper está en crecimiento y se está empezando a trabajar con Santa Inés y luego sus cruzas”, explicó el técnico.
Por hectárea, la carga animal de ovejas o corderos promedia entre 6 a 8 dependiendo de las características de los ambientes y la disponibilidad de recursos forrajeros.
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En cuanto a las características de tenencia y de comercialización de carne de cordero, la informalidad es una característica y una limitante fuerte para el desarrollo e implementación de acciones de crecimiento en el sector.
Zonas productivas: así se divide la actividad ovina en la provincia
“Con los avances tecnológicos y de conocimiento en el sector ovino podemos hacer una división imaginaria para ubicar la producción en el norte entrerriano como principalmente de cría ovina, en el centro como una zona mixta donde en montes se puede hacer cría. En las chacras tenemos la posibilidad de hacer carne a través del cordero pesado y ya en la zona sur donde las tierras son agrícolas en su mayoría podríamos tener establecimientos de alta producción de carne ovina”, describió Ferreira.
Asimismo comentó que el manejo predominante de las majadas es con servicio continuo, es decir que el carnero permanece todo el año con las ovejas. Y en menor proporción está el servicio estacionado, que permite un mejor seguimiento productivo de cada oveja, en particular mejorando la eficiencia final de cada establecimiento. “Esto nos permite hacer un mejor manejo nutricional, sanitario y obtener lotes de corderos parejos para que su destino final sea el cordero zafrero, cordero pesado y recrías indistintamente, ordenando los trabajos de manera puntual para optimizar el tiempo de los operarios en caso de tener más actividades dentro del establecimiento”, especificó el investigador.
La presencia creciente de ovinos «cara negra» en los campos entrerrianos se explica por la enorme adaptabilidad que presenta la raza, así lo describió a AIRE Agro Carlos Laborde, presidente de la Asociación Criadores Hampshire Down de Argentina (Achda). “Presenta características excepcionales para los diferentes ambientes, climas, hoy podemos decir que hay animales de esta raza en todo el territorio entrerriano y nacional”, detalló el dirigente.
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A nivel nacional, la carne ovina tiene escasa presencia en la mesa diaria. Está regionalmente signada por los consumos estacionales y en fechas indicadas. “Tenemos una predominancia en elegir carne vacuna. No se le presta debida atención a otras como la ovina”, opinó Laborde, quien se muestra optimista acerca del crecimiento posible en el consumo a futuro.
Carne ovina: ¿por qué no crece el consumo en Entre Ríos?
La falta de frigoríficos funcionando y con posibilidad de faenar y proveer de carne fresca ovina trozada en Entre Ríos, es parte de la problemática a la hora de analizar la escasa presencia del producto en las góndolas regionales.
Ricardo Garzia, es una de las voces que planteó el problema ante AIRE Agro y señaló que “por ejemplo, para graficar la situación, lamentablemente la planta que se había puesto en funcionamiento junto con la Cooperativa de Gobernador Mansilla no está operativa por falta de demanda y de consumo”.
Para Garzia, la informalidad en el sector es uno de los problemas base. “Es cultural, hay mucha carne del sector ovino y caprino que pasan desde el campo al plato sin ningún tipo de control. Hablo de que un 90%, reconocido por organismos oficiales en Entre Ríos, se faena y vende sin pasar por un frigorífico habilitado”, explicó el ingeniero agrónomo.
“El precio de la carne informal en los comercios tiene un promedio de mil pesos menos que la que se comercializa fiscalizada y que ha sido faenada en un frigorífico habilitado; esa informalidad lleva a que las plantas, como la que logramos poner en marcha con una fuerte inversión tiempo atrás, cierren”, detalló Garzia.
Formalizar para crecer: propuestas desde la Mesa Ovina de Entre Ríos
Entre Ríos forma parte una mesa de la Mesa Ovina. Mariano Ferreira, es integrante de este organismo y detalla que comenzaron a poner foco en temas como estrategias de comercialización. “El consumo real en la zona, dado que el 90% se comercializa informalmente, es difícil de estimar”, detalló.
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Asimismo indicó que faenar un ovino en una planta tiene un costo similar a la de los bovinos, pero con una cantidad de carne generada muy inferior. “Senasa está atendiendo estas necesidades de abaratar costos para el productor y también a futuro, tener un aprovechamiento de cueros, menudencias ovinas, cosa que hoy día no se realiza regionalmente”, describió.
Por su parte, Ricardo Garzia, agregó que proponen llevar a esta Mesa, la necesidad de instar a los dirigentes de las asociaciones de productores, como Farer, Fedeco, Federación Agraria y Sociedad Rural para que los impulsen a que se salga de la informalidad en la producción ovina. “Son responsables de hacerlos conocer que tienen la oportunidad de tener un mejor desarrollo de la cadena productiva. Sin una formalización primero de los rodeos, luego del transporte e industrialización de la carne ovina y caprina, nunca habrá un verdadero crecimiento del sector”, concluyó el asesor técnico de productores.